El suicidio de una mujer estadounidense en la cápsula Sarco en el bosque de Merishausen (SH) desató un debate internacional sobre la eutanasia, recuerda el periódico NZZ am Sonntag. Y en la Berna federal también hay preocupación: las intervenciones parlamentarias exigen nuevas normas en este ámbito.
Un celo político que no agrada a la organización Exit. Reunidos ayer en un congreso en Zurich, sus miembros debatieron precisamente su visión del futuro del suicidio asistido y presentaron varias demandas en cinco puntos, entre ellos, en primer lugar, que nuestro país siga sin tener una legislación específica en la materia. “En Suiza todo va bien y no necesitamos leyes adicionales”, afirma Marion Schafroth, la presidenta.
Sin embargo, algunos políticos ya no confían en la zona gris que ocupa el suicidio asistido en Suiza: dos portavoces del Consejo Nacional quieren nuevas leyes, pero con objetivos muy diferentes, recuerda el periódico dominical. Nina Fehr Düser, consejera nacional de la UDC (ZH), pide al Consejo Federal que simplemente aclare cómo prohibir claramente la cápsula Sarco, cuya práctica secreta deplora, sin información previa de las autoridades. Por lo demás, no se opone a las organizaciones establecidas de asistencia al suicidio que colaboran con médicos y familiares.
La situación es diferente para el liberal verde y auxiliar de enfermería Patrick Hässig (ZH): por el contrario, quiere impedir la prohibición de la cápsula Sarco. Y requiere un análisis de cómo podría desarrollarse un marco legal para el suicidio asistido. Como profesional de la salud, considera importante que las personas que sufren tengan acceso a una solución legal y humana. “No importa si es presionando un botón, poniendo una vía intravenosa o cualquier otra cosa”, cree.
Hoy en día, en Suiza, la diferencia entre el suicidio asistido y la cápsula Sarco sigue siendo significativa. Si el suicidio asistido, como en el caso de Exit, se lleva a cabo con el medicamento pentobarbital, éste debe ser prescrito por un médico, sujeto a su vez a las directrices de la Academia Suiza de Ciencias Médicas. Estos definen el marco de la ética médica. Con la cápsula Sarco la cuestión ética no entra en juego. Lo cual no agrada a todos.
Yvonne Gilli, presidenta de la Federación de Médicos Suizos (FMH), cree que la implicación de los médicos en el suicidio asistido no es decisiva, pero sí lo es la dignidad humana y la protección contra los abusos. En esencia, también está de acuerdo con Exit en que “desde el punto de vista de la profesión médica, no son necesarias regulaciones adicionales” en este ámbito.
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