Europa League, media vuelta: Gasset abrumado, Aubameyang en silencio, la guía Gasperini: los altibajos del Atalanta – OM

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las cimas

Mudos en la vuelta de semifinales, los focenses perdieron el nivel ofensivo. A diferencia de los hombres de azul y negro, autores de tres muy buenos goles. Ademola Lookman solidificó el escandaloso dominio de su equipo en la primera mitad. Alertado en el borde del área, hizo bailar a Geoffrey Kondogbia, antes de encontrar la oportunidad con un disparo con la derecha desviado por Samuel Gigot.

El segundo logro de los hombres de Gian Piero Gasperini fue un esfuerzo colectivo: cuando un balón cayó por la izquierda, Matteo Ruggeri inició una pared con Lookman y luego disparó con fuerza a la escuadra de un indefenso Pau López. En el último gol, El Bilal Touré envió una aceleración digna de un cohete por el lado izquierdo, que dejó en el sitio al pobre Leonardo Balerdi, antes de ajustar a Pau López para el 3-0. Tres goles sí, pero tres buenos goles sobre todo.

  • El final de un gran viaje para OM

El periplo europeo del OM acabó con una bofetada en la final, pero no hay que olvidar que podría haber acabado mucho antes. La desilusión de la tercera ronda preliminar de la Liga de Campeones perdida contra el Panathinaikos podría haber hecho caer al Olímpico, marcado por enormes errores arbitrales. Al contrario, levantaron la cabeza para terminar segundos de su grupo por detrás del Brighton pero por delante del Ajax. Después de un bombardeo controlado contra el Shakhtar Donetsk, los jugadores de Jean-Louis Gasset jugaron con el corazón de su afición eliminando al Villarreal a pesar de un increíble partido de vuelta (4-0, 1-3) y luego al Benfica en los penaltis. Atalanta representó la adversidad a otro nivel y la eliminación fue lógica.

Fótis Ioannídis marca de penalti durante el OM – Panathinaikos, en la tercera ronda preliminar de la Liga de Campeones

Crédito: Imágenes falsas

  • Atalanta, estabilidad recompensada

Atalanta es ahora un club que cuenta en Italia. Regularmente en la parte alta de la Serie A desde la temporada 2016/2017 (4º esa temporada, luego 3º tres veces en 18/19, 19/20 y 20/21), el club italiano finalmente alcanzó el hito en Europa donde estaba eliminado en cuartos (por el PSG en la Final Four, en agosto de 2020), luego en octavos (por el Real Madrid, en la 20/21), en la Liga de Campeones, luego en cuartos de la C3 hace dos años (por el RB Leizpig). Por tanto, jugará en Dublín la primera final de su historia en Europa. Esto es consecuencia de la estabilidad deportiva con el trabajo táctico y de juego impuesto por Gian Piero Gasperini, pero también de una sana gestión. El club lombardo, constantemente en verde en cuanto a cuentas, gestiona bien sus entradas y salidas y no gasta dinero que no tiene. La Dea es ante todo un proyecto de juego. Un proyecto que huele a fútbol.

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Gian Piero Gasperini

Crédito: Imágenes falsas

los fracasos

¿Qué hubiera pasado si Iliman Ndiaye hubiera ganado su cara a cara con Juan Musso tras regresar del vestuario? El OM perdía por un gol en el minuto 50, cuando los senegaleses se fueron en profundidad tras un largo desvío aéreo de Jonathan Clauss. Preferido sobre Ismaïlla Sarr en el saque inicial, el exdelantero del Sheffield United supera a Berat Djimsiti y aparece solo ante el portero del Atalanta.

Su elección de lanzar a Musso es acertada, pero el remate no está a la altura de la idea y el balón acaba junto a la portería vacía. El punto de inflexión del partido: dos minutos después, el club de Bérgamo marcó el gol del descanso y condenó al OM a eternos arrepentimientos. Iliman cedió el paso ocho minutos después a Sarr.

  • El primer período de OM.

13 tiros, 2 palos, 1 larguero, tres paradas de Pau López, pero… sólo un gol encajado. He aquí un resumen estadístico del primer periodo de esta vuelta de semifinales. Un primer acto donde OM vivió una pesadilla. Completamente asfixiado por el Atalanta, que dio un gran empujón al cuarto de hora de juego, el club francés intentó sobrevivir y verlo regresar al vestuario con sólo un gol menos fue un pequeño milagro. El resto de acontecimientos confirmaron lo que habíamos visto durante este primer acto, con el éxito del club de Bérgamo. Si bien corrigió ligeramente en la segunda mitad, el Marsella realizó un primer acto indigno de una mitad de la Copa de Europa.

  • La impotencia de Aubameyang

Había que verle la cara cuando sonó el pitido final. Al borde de las lágrimas, Pierre-Emerick Aubemayeng simbolizó el naufragio de Marsella en Italia. Nunca encontrado en buenas condiciones en el frente de ataque, el máximo goleador del OM vivió una dura prueba. Incapaz de disparar a portería en el primer tiempo, el PEA sólo había tocado 19 balones y ninguno de ellos permitió que el OM fuera peligroso.

Símbolo de este partido completamente fallido: no fue él quien tuvo la primera (y única) gran oportunidad olímpica, sino Iliman Ndiaye, que falló por completo su globo (ver arriba). Otro dato importante: según OPTA, el OM sólo tocó 6 balones en el área contraria. En estas condiciones, a Aubame le resulta imposible lucir el suyo. Deja la competición… como máximo goleador (10 goles), pero no jugará la final.

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La decepción de Pierre-Emerick Aubameyang (OM)

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