REPORTAJE – Si la repentina represión del teletrabajo ha perjudicado a los empleados del gigante de los videojuegos, el movimiento social de esta semana también revela un clima de preocupación más profundo y un colapso de la confianza en la dirección del grupo.
« Esta es una huelga histórica ! Todos los demás estudios franceses tienen los ojos puestos en ti, puedes establecer otro equilibrio de poder ! » El martes, más de 700 de los 4.000 empleados franceses del gigante de los videojuegos Ubisoft dejaron de trabajar a petición de sus sindicatos. Entre ellos, casi un centenar se reunieron frente a la sede mundial del grupo en Saint-Mandé, a dos pasos del bosque de Vincennes, bajo la mirada curiosa de sus discretos colegas presentes en las terrazas de los nuevos edificios.
Un movimiento así es extremadamente raro en la industria de los videojuegos. Su motivo lo es aún más: la vuelta al teletrabajo. El 17 de septiembre, Ubisoft anunció que sus 18.000 empleados en todo el mundo tendrían que regresar a la oficina al menos tres días a la semana. « Somos conscientes de las ventajas del cara a cara, pero estamos en contra de la forma en que se aplica esta decisión sin un diálogo real…
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