En Francia no tenemos mucho dinero pero todavía tenemos ideas. [L’éditorial de CL]

En Francia no tenemos mucho dinero pero todavía tenemos ideas. [L’éditorial de CL]
En Francia no tenemos mucho dinero pero todavía tenemos ideas. [L’éditorial de CL]
-

“Hoy intentar reducir la brecha alimentaria se considera radical. »

Tomemos como ejemplo esta propuesta de duplicar el impuesto a los productos demasiado dulces de los supermercados, del 10 al 20%. Esta idea no es nueva, duplicarla no cubrirá los déficits públicos; Sólo aportaría unos 1.400 millones de euros al año. Dicho esto, se trata más o menos de la misma cantidad que la famosa contribución extraordinaria que debería haber beneficiado a las 65.000 familias más ricas. Este anuncio y esta cifra anunciada por el propio Michel Barnier el 10 de octubre habrían aportado entre 2.000 y 3.000 millones de euros o más en “justicia fiscal”. Fueron mucho más comentados que la recalibración llevada a cabo por Bercy tres días después: sólo 24.300 familias serían “realmente responsables” de esta contribución, según documentos oficiales. ¿Por un importe de qué pedido? Misterio.

La redacción te aconseja

Consumo: cuándo Francia reducirá el suministro [L’éditorial de CL]

El cartón de las tiendas de liquidación podría ser tendencia. Es, sobre todo, el símbolo preocupante de un país cuyo principal “ocio” consiste en encontrar formas de ahorrar dinero. Independientemente de la clase. Encuentre nuestro editorial del jueves 10 de octubre de 2024.

En el caso de esta excesiva tributación a los productos azucarados y ultraprocesados ​​no sólo se cuantificó sino que también se marcó. La idea es que esta suma permita crear un subsidio alimentario de treinta euros al mes para cuatro millones de franceses más pobres, permitiéndoles comprar frutas y verduras. Por tanto, no es sólo una forma de encontrar nuevos recursos, sino que es el marco de una verdadera política de salud pública.

¿Por qué es posible creerlo? Porque la propuesta no proviene de los políticos sino principalmente de los profesionales interesados. “No deja de sorprender que un jefe como yo hable de impuestos nutricionales, pero lo damos por sentado”, casi se ríe Dominique Schelcher, director general de la Cooperativa U, que apoya las propuestas “radicales” del Instituto Montaigne y respalda la idea con otras marcas. como Sodexo. De hecho, hoy en día se considera “radical” intentar reducir la brecha alimentaria.

Este trabajo, lejos de las controversias cotidianas y de las evasiones permanentes de responsabilidad, todavía nos permite creer que en Francia no tenemos premios gordos pero todavía tenemos ideas.

Francia

-

PREV Justicia en Mosela: el infierno son los demás
NEXT De Finistère a Val-de-Marne, el teleférico urbano continúa su ascenso – Libération