(Québec) Un escenario de atención a los pacientes estudiado por el gobierno de Legault suscita miedo y preocupación.
Actualizado ayer a las 3:27 pm
Patrice Bergeron
La prensa canadiense
Los quebequenses sanos perderían así su registro con un médico de familia y se les quitarían 1,5 millones de plazas de cita para asignarlas a pacientes vulnerables.
Ésta es una de las hipótesis planteadas por el Instituto Nacional de Excelencia en Salud y Servicios Sociales (INESSS), en un estudio sobre la primera línea hecho público esta semana.
El ministro de Sanidad y Servicios Sociales, Christian Dubé, asegura que no está dispuesto a avanzar sobre un escenario u otro, pero los partidos de la oposición exigen respuestas claras por parte de los millones de quebequenses que podrían perder a su médico de familia.
“La Coalición Avenir Québec no tiene el mandato de cancelar la suscripción de millones de quebequenses que ya tienen un médico de familia y que, hoy, se encuentran con la perspectiva de perder este seguimiento, perder este acceso y seguir pagando por un sistema que no no proporcionar servicios básicos a la población”, denunció el diputado del PQ Joël Arseneau, en una entrevista con The Canadian Press el viernes por la mañana.
“Christian Dubé debe aclarar absolutamente su posición”, instó el diputado liberal André Fortin en una entrevista telefónica.
“¿Es este un globo de prueba o es realmente el escenario que está considerando hoy? Tendrá que tomar decisiones. »
Al igual que Arseneau, Fortin sostiene que el Ministro Dubé nunca pidió a los quebequenses un mandato para separarse de su médico de cabecera.
Recordó que la Coalición Avenir Québec (CAQ) se había comprometido a asignar un médico de familia a cada quebequense que lo desee.
El parlamentario liberal reconoce que los 500.000 quebequenses vulnerables que no tienen un médico de familia deben obtener uno como “prioridad” – incluso se levantó en la Cámara para exigirlo el jueves – pero, según él, “hay una manera de priorizar ellos sin decirle a los demás: “no los necesitas”. »
Además, esta opción también conlleva un riesgo para las poblaciones sanas, señaló Arseneau.
“Aquellos que no son vulnerables podrían volverse vulnerables si no tienen monitoreo, pruebas o acceso de primera línea. ¿Queremos una sociedad sana con seguimiento periódico para evitar enfermar? »
Por su parte, la Confederación de Sindicatos Nacionales (CSN) cree que esto es un “regalo al sector privado”, ya que los pacientes que ya no tienen acceso a un médico de familia tendrán que acudir a clínicas privadas.
“Es demasiado pronto para avanzar en cualquier escenario propuesto por los expertos”, respondió el ministro Dubé a través de la red X.
“Estamos en un período de negociación con la Federación de Médicos Generales y no haremos más comentarios”, añadió.
El jueves, en la Cámara, mencionó los nuevos “criterios de vulnerabilidad” para la atención del INESS que los médicos habían pedido revisar.
Para 2022-2023, 4,9 millones de personas consideradas sanas realizaron 7,1 millones de visitas, de un total de 17,6 millones de consultas en clínicas con médicos, enfermeras especializadas (NPS) o servicios de urgencias, leemos en el estudio del INESS.
El estudio presenta un escenario en el que 1,5 millones de citas asignadas a personas que tienen un médico de familia (MDF) se transferirían a personas que no tienen un médico de familia.
Actualmente, hay 2,1 millones de personas que no están registradas en un MDF, se lee en el estudio.
“Las personas registradas en un MDF consultan en promedio entre 2 y 6 veces más clínicas que las personas no registradas, dependiendo de su perfil de salud. Por el contrario, las personas sin registro con un médico de familia acuden con mayor frecuencia a urgencias, especialmente por problemas no urgentes”, indicamos.
Las personas sanas registradas con un médico perderían 640.000 citas y las no registradas ganarían 780.000.
Segunda categoría, entre las personas con enfermedades crónicas menores, que suponen 1,4 millones de visitas: los registrados perderían 170.000 citas y los no registrados ganarían 90.000.
Tercera categoría, personas con afecciones moderadas, que suman 5,5 millones de visitas. Los registrados perderían 570.000 visitas, los no registrados ganarían 340.000.
Finalmente, los pacientes que padecen enfermedades graves: las personas registradas perderían 140.000 citas, mientras que las no registradas ganarían 330.000.
Así, la redistribución de nombramientos de registrados a no registrados ascendería a 1,5 millones.