Los fabricantes de santones Gilli de Manosque cierran sus puertas

Los fabricantes de santones Gilli de Manosque cierran sus puertas
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      Manosque
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Se trata de una tienda emblemática de la calle comercial de Manosque que cierra sus puertas. La tienda de Gilli Santon ha hecho las maletas, pero la pareja de artesanos sigue en activo.

En la tienda de santones Gilli de Manosque, ya no quedan muchos santones que observan en silencio a los transeúntes por la calle Grande.

Esta histórica tienda, que lleva funcionando 32 años, cierra sus puertas y deja a los vecinos con la duda. “Creo que Manosque la echará de menos. Estoy acostumbrado a pasarme por allí por la mañana para bromear, así que sí, claro que la echaremos de menos”, afirma Bernard, un vecino del barrio.

Por supuesto, los fabricantes de santones se sienten un poco tristes. “Volveremos a la ciudad para pasear y volver a ver gente”, dice Michel Gilli. “Es seguro que después de todos estos años hemos hecho contactos e incluso amistades con clientes”, añade su esposa Michelle.

Esto no es una despedida a la profesión.

Si la pareja de artesanos deja su taller es para darse un tiempo libre. “Tengo 68 años, Michelle 66 y queremos tomárnoslo con más calma, seguimos con los santones pero a otro ritmo y yo seguiré haciéndolo mientras tenga ganas y mientras quiera, ¡quizás hasta que me muera!”, asegura Michel.

Seguirán dando forma a los santones y ofreciendo nuevas creaciones para venderlas en mercados y ferias de la región. También tienen previsto seguir vendiendo online e incluso podrían abrir un espacio de venta directamente en su domicilio.

Una gran carrera para dos

Si los Gilli sienten tanto apego por estas figuras provenzales es porque son el origen de su encuentro. “Yo empecé antes que él, vivía frente al santonnier de Fouques en Aix-en-Provence y, un verano, me contrataron para trabajar allí. Tenía 15 años y en 1979, en el taller conocí al apuesto santonnier y ¡encajamos!”, recuerda Michelle.

Juntos forman un dúo que comparte el proceso de fabricación. Él se encarga de los moldes y de dar forma a los santones, ella se encarga de los pinceles. Durante unos quince años, los Gillis prescindieron de una tienda.

“Al principio teníamos un representante que colocaba los santones en varias tiendas, sobre todo en la Costa Azul, y queríamos instalarnos y tener una tienda todo el año. Cuando el local estuvo disponible, nos dijimos que sería[était] “El lugar era el adecuado, frente a la iglesia, en la plaza. Era ideal”, afirma. La instalación data de 1992.

Esta tienda de Manosque ha cambiado un poco su forma de trabajar. “A menudo, los clientes me decían: “Nos gustaría que hicieras esto” y yo me basaba en eso para crear cosas nuevas”, explica Michel, que encuentra gratificantes las sugerencias y muestras de agradecimiento.

Laurie Charrié con Florent Bascoul

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