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El reto de la renovación energética de edificios antiguos.

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La renovación energética de pequeños condominios construidos antes de 1940 es más difícil y muchas veces más costosa de implementar.

¿Aislar las fachadas de los edificios para consumir menos energía? Sí, pero no para los edificios Haussmann y muchos otros. Las limitaciones de los edificios antiguos frenan la renovación energética de los condominios, a pesar de una batería de ayudas, a veces inadecuadas.

Renovar una copropiedad “es difícil, requiere tiempo y dinero”, testifica Jean-Marie Guerout, presidente del consejo sindical de una copropiedad de 439 viviendas en el norte de París, que ha mejorado un 42% su Rendimiento energético mediante el aislamiento de paredes, techo, ventanas y modificación del sistema de calefacción.

Convenció a los demás copropietarios con el argumento de una reducción de la factura energética y, sobre todo, porque gracias a las ayudas públicas el coste adicional en comparación con una simple renovación de la fachada era reducido. Las ayudas de los gobiernos estatales y locales generalmente cubren entre el 30% y el 40% de la factura.

La residencia de Jean-Marie Guerout data de 1970, y “en toda Francia, los edificios posteriores a la Segunda Guerra Mundial han sido objeto de renovaciones masivas”, porque se trata de un trabajo “bastante fácil”, afirma Sébastien Catté-Wagner, especializado en viviendas dignas y sostenibles en la Agencia Nacional de la Vivienda (Anah), que distribuye ayudas para la renovación energética, entre ellas Maprimerénov’ Copro.

El problema son sobre todo “los centros antiguos, donde las copropiedades son más pequeñas” y donde “el coste por copropietario es importante” para grandes obras de renovación, explica.

En el sitio web de CoachCopro, la plataforma de apoyo desarrollada por la Agencia del Clima de París, los ejemplos de renovación energética de edificios antiguos son todavía muy raros.

El desafío de las fachadas catalogadas

Entre los presentados, un edificio de ocho viviendas, construido en 1900 y situado en el centro de París: en 2021 comenzaron las obras para aislar el tejado, cambiar las ventanas y la caldera colectiva. El importe total de las renovaciones asciende a 44.400 euros por alojamiento -más del doble que el edificio de Jean-Marie Guerout-, y todo ello con un beneficio energético del 32%.

Pero como ocurre con muchos edificios, las posibilidades de aislamiento se vieron limitadas por la preservación del patrimonio. Lo atestigua Yann Sayaret, socio de Orpi y director de una agencia inmobiliaria en Le Havre que ofrece servicios de asociación de copropiedad.

“La ciudad de Le Havre está clasificada como patrimonio mundial de la UNESCO, por lo que no tocamos las fachadas y debemos olvidar el aislamiento térmico exterior (ITE)”.

“Sin una ITE, sabemos que la renovación energética es menos eficiente y si no podemos alcanzar el 35% de ganancia energética que permite liberar las ayudas, nos encontramos en un callejón sin salida y los proyectos se abandonan”, explica.

Dificultades para propietarios modestos

Para este tipo de edificios, Anah lanzó un experimento de copro de Maprimerénov’ Petites: para copropiedades de un máximo de 20 viviendas, se pueden liberar subvenciones del 15% de ganancia energética gracias a la obra, lo que explica por qué es imposible alcanzar los 35 % límite. Yann Sayaret también destaca la necesidad de recuperar la inversión.

“Si les dices a los propietarios de 60 o 70 años que no van a recuperar su dinero, se les reduce el interés”.

Más aún para los hogares de bajos ingresos que tendrán dificultades para hacer frente a una inversión de varios miles de euros. Anah busca evitar estas situaciones y sobre todo evitar que los copropietarios se vean obligados a vender sus viviendas por reformas. Por ejemplo, se pueden liberar ayudas individuales de entre 1.500 y 3.000 euros.

La place de l’immo: Inmobiliaria, centrada en la renovación energética – 15/10

Pero para Jacques Baudrier, teniente de alcalde de París encargado de la vivienda, es necesario elevar el límite máximo de 25.000 euros por vivienda de la ayuda concedida por Anah.

“Dos tercios de las viviendas parisinas se construyeron antes de 1945, es muy difícil acoger estos edificios” donde los costes de renovación energética pueden ascender a “80.000 o 100.000 euros por vivienda”, afirma el funcionario electo del PCF.

Limitado por un elevado déficit público, el gobierno decidió, sin embargo, reducir las subvenciones de Maprimerénov en su propuesta presupuestaria para 2025 a 2.300 millones de euros, frente a los 4.000 millones anunciados para 2024.

Ante las dificultades que encuentran determinadas copropiedades para realizar las obras de renovación energética, el Ministro de Vivienda planteó la posibilidad de flexibilizar el calendario del DPE (diagnóstico de rendimiento energético). De hecho, se prohibirá el alquiler de filtros energéticos clasificados G a partir del 1 de enero de 2025. Algunas copropiedades, en particular aquellas que han tomado medidas, no podrán verse afectadas.

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