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En una carta dirigida al alcalde de Barcelona, Airbnb invita a la ciudad a revisar sus estrategias turísticas y de vivienda. La empresa señala que el enfoque que ha adoptado la ciudad durante la última década es contraproducente para los residentes y visitantes.
El turismo de masas y la crisis inmobiliaria están animando a las autoridades públicas a tomar cada vez más medidas para limitar los apartamentos turísticos. Último anuncio hasta la fecha: el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, que prometió este verano poner fin a todos los alojamientos turísticos antes de 2028. Una ambición que se inscribe en una lucha que comenzó hace 10 años con la estricta obligación de disponer de una licencia turística para ser capaz de alquilar a los visitantes.
Según Airbnb, estas medidas no lograron resolver la crisis inmobiliaria, no ayudaron a reducir el aumento de los precios de las propiedades, pero privaron a los residentes de ingresos adicionales. La empresa señala también que los apartamentos vacíos son ocho veces más numerosos que los alojamientos turísticos, y podrían contribuir a bajar el precio de los alquileres y la oferta de alquileres.
La multinacional propone una mayor colaboración entre las plataformas de alquiler, los residentes y las autoridades locales para desarrollar soluciones equilibradas. Entre las ideas propuestas se encuentran una mejor regulación de los huéspedes privados, la transparencia en el registro de alojamientos y la implementación de medidas que promuevan el turismo sostenible. La plataforma también cita ejemplos internacionales, como Ámsterdam y Tokio, que han sabido conciliar el crecimiento turístico y la preservación de los intereses de los residentes gracias a una normativa flexible y adaptada, e invita a Barcelona a adoptar un enfoque menos punitivo y más innovador.
El ayuntamiento, poco abierto a las negociaciones
En respuesta a la carta, el alcalde socialista Jaume Collboni reafirmó su determinación de eliminar progresivamente los alquileres turísticos en la ciudad de aquí a noviembre de 2028. Destaca que esta decisión pretende remediar las dificultades de acceso de los residentes a una vivienda asequible, un problema que considera prioritario para el municipio.
Jaume Collboni también critica plataformas como Airbnb, que cree que crean desigualdades fiscales en comparación con las empresas locales y tienen un impacto negativo en el tejido social y económico de Barcelona. El primer concejal insistió en la necesidad de recuperar las 10.000 viviendas actualmente destinadas al alquiler turístico para reintegrarlas al mercado residencial, beneficiando así directamente a más de 25.000 ciudadanos.