El grupo siderúrgico retrasa la finalización de un proyecto que formaba parte de un contrato con el Estado.
Publicado el 25/11/2024 08:38
Actualizado el 25/11/2024 08:39
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El anuncio se hizo en 2023, con mucha comunicación: se habían firmado 50 contratos de transición ecológica entre el Estado y los 50 centros industriales franceses que emiten más CO2. Pero el metalúrgico ArcelorMittal retrasará un proyecto de descarbonización previsto en Dunkerque. Por el momento no hay ningún anuncio oficial de abandono, la información procede del Ministro Delegado encargado de Industria, Marc Ferracci, tras una revelación de la revista La nueva fábricasábado 23 de noviembre.
El proyecto consistió en la construcción de dos hornos eléctricos, así como una unidad de reducción directa de hierro, un primer paso en la producción de acero libre de carbono. Si bien la planta de Arcelor en Dunkerque se presenta como responsable de alrededor del 3% de las emisiones de CO2 en Francia, el objetivo final es transformar el mineral de hierro con hidrógeno. Estos hornos utilizarán hidrógeno con bajas emisiones de carbono como combustible, en lugar de carbón. Pero lo que parece bueno sobre el papel, en la práctica resulta caro y la empresa cree que no es viable en el contexto internacional actual.
El proyecto de ArcelorMittal para adaptar su sitio en Dunkerque se estima en 1.800 millones de euros, incluyendo una ayuda estatal de hasta 850 millones de euros. Incluso con ayudas públicas, el proyecto no es rentable. Peor aún, ArcelorMittal está perdiendo terreno comercialmente y su aplicación en las condiciones actuales del mercado condenaría, a largo plazo, al que hoy presenta la CGT como el mayor alto horno de Europa, con más de 3.000 contratos permanentes directos, hasta 9.000 con indirectos. empleos. Todo esto sustenta a una familia de cada cinco en Dunkerque.
Por ahora no hay una solución a corto plazo. El grupo es víctima de la crisis del acero que golpea a Europa. La energía es cara, debido a una demanda de acero en mínimos históricos, con precios en caída libre y fuertes limitaciones ambientales. La tensión es demasiado alta. La situación también llevó al grupo a anunciar la semana pasada que estaba considerando cerrar dos fábricas en Francia, en Reims y Denain.
La competencia internacional está en plena vigencia. Las limitaciones impuestas por Europa a su industria juegan en su contra, frente a una producción china mucho menos virtuosa. El tema figura en el orden del día de una reunión ministerial que se celebrará en Bruselas el jueves 28 de noviembre.
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