Dos gigantes, dos visiones. A principios de 2025, Meta y Apple encarnan enfoques diametralmente opuestos sobre la cuestión de la diversidad en los negocios. Una divergencia que refleja las crecientes tensiones dentro de la tecnología estadounidense.
Con la elección de Donald Trump y el ascenso de Elon Musk en la sociedad estadounidense, Silicon Valley atraviesa un período de turbulencia ideológica sin precedentes.
Mark Zuckerberg, fundador de Meta, anuncia así el fin de las políticas de diversidad en su empresa alabando la “energía masculina”, por su parte, Apple mantiene firmemente su rumbo hacia la inclusión. Un contraste que ilustra las profundas divisiones culturales que sacuden el mundo de la tecnología.
En una entrevista concedida al controvertido Joe Rogan el 10 de enero, Mark Zuckerberg sorprendió adoptando un discurso cercano a los masculinistas. “ La energía masculina es buena.“, dijo, atribuyendo esta idea a su práctica de artes marciales. Una declaración que va acompañada de una decisión concreta: el fin del programa DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión) en el Meta.
Este anuncio llega en un contexto particular, donde las redes sociales de Meta ya han relajado considerablemente su política de moderación. Un giro ideológico alineado con las posturas de personalidades como Donald Trump, del que Joe Rogan es un ferviente partidario.
La resistencia de Apple a la presión anti-DEI
En el extremo opuesto del espectro, Apple adopta una posición radicalmente diferente. Ante la presión de los inversores conservadores que exigen el fin de las iniciativas DEI, la firma Apple se mantiene inflexible.
En su informe a los accionistas, Apple defiende enérgicamente su visión de un “ Cultura de pertenencia donde cada uno puede dar lo mejor de sí mismo.« .
El conservador Centro Nacional de Investigación de Políticas Públicas, que inició la propuesta anti-DEI, sostiene que estas políticas expondrían a Apple a riesgos legales y financieros. Un argumento que la empresa rechaza categóricamente, considerando que la ética y la inclusión son fundamentales para su éxito.
Este es solo el comienzo de esta división ideológica, donde cada vez más empresas se están alejando de los valores progresistas asociados durante mucho tiempo con Silicon Valley.