“Méi, a méi seier bauen”. Con la adopción el viernes de varias medidas de simplificación administrativa, el Gobierno espera encontrar una solución a la crisis inmobiliaria que persiste desde hace muchos años. El Gran Ducado, que carece estructuralmente de nuevas construcciones, tiene como objetivo construir 14.600 unidades de vivienda, incluidas 5.600 asequibles, y 9.300 unidades de vivienda en nuevos barrios, incluidas 3.600 asequibles.
La reforma, que afecta tanto a actores públicos como privados, implica menos plazas de aparcamiento y más espacios verdes, pero sobre todo facilitando los procedimientos de autorización mediante la introducción del “silencio es acuerdo”. “Esta implementación es esencial para satisfacer las necesidades de vivienda actuales y futuras”, afirmó el ministro de Vivienda, Claude Meisch.
Los municipios y los promotores privados también se beneficiarán de la asistencia a través de un servicio de consultoría en optimización, siempre con la idea de acelerar la construcción.
Las obras de menor escala, como las casetas de jardín, también estarán menos sujetas a obstáculos administrativos. También están previstos procedimientos medioambientales más cortos y menos complejos, con una armonización adicional. “Este es un gran paso adelante a favor de la simplificación administrativa del que se beneficiarán los ciudadanos. Además, las nuevas medidas permitirán acelerar la transición energética ante la emergencia climática”, comentó el ministro de Medio Ambiente, Serge Wilmes.
Para promover también la economía, el gobierno también ampliará las actividades en las ZAE (zonas de actividad económica). Se trata de una densificación de estas zonas, la posibilidad de crear viviendas para el personal o incluso la instalación de energías renovables.
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