La CMCM (Caisse Médico-Complémentaire Mutualiste) se encuentra desde hace varios meses en medio de una zona de turbulencias, que derivó en una denuncia ante los tribunales por parte del Ministerio de Salud y Seguridad Social. En el punto de mira, el director general Fabio Secci fue acusado en particular de abuso de confianza y fraude fiscal tras sospechas de una remuneración doble o incluso triple por la misma tarea.
Tras un análisis jurídico, la justicia decidió archivar el caso sin más medidas, “por falta de delito señalado”, indicó la autoridad judicial en un comunicado de prensa enviado el jueves. “La fiscalía rechazó la calificación penal de abuso de confianza. La cuestión de si estos hechos podrían constituir fraude fiscal fue objeto de una investigación preliminar. Ahora parece que no se dan los elementos que constituyen un fraude fiscal agravado”, afirmó.
Tampoco se ha iniciado ningún proceso en relación con una denuncia presentada el pasado mes de marzo “relativa a una posible violación de las disposiciones de la ley relativas a la protección de la vida privada”, indica la justicia luxemburguesa, tras otro análisis jurídico, independiente del primero.
Si bien estas decisiones cierran el aspecto jurídico del asunto CMCM, la agitación no ha desaparecido en el seno de la mutua. Un nuevo presidente, Gilbert Goergen, asumió el cargo el invierno pasado en condiciones tumultuosas, en medio de acusaciones de un “golpe de Estado”. El futuro de Fabio Secci, en conflicto con una parte de la plantilla, se decidirá en otoño, según el nuevo presidente. En enero de 2025, el banquero que llegó en 2015 sigue en el cargo.