Los propietarios de la panadería Tartes et Clafoutis, en Granby, tendrán que regresar a Francia ya que continuaron trabajando mientras les revocaban los permisos de trabajo.
“Es un error sincero, nunca hubiéramos continuado si supiéramos todo esto”, explicó Joseph Lévêque.
Cuando llegaron a Canadá, la pareja solicitó la residencia permanente. Su permiso expiró en diciembre de 2023 y los dos adultos solicitaron la residencia permanente en el otoño de 2023.
Al solicitar la residencia permanente debieron haber solicitado la continuidad del permiso de trabajo, cosa que desconocían.
Pero en ese momento, su objetivo era la residencia permanente. “El objetivo para nosotros era la residencia permanente, así que no vimos la necesidad de ello, pero si lo hubiéramos sabido, lo habríamos hecho”, dijo el padre.
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“Fuimos [au poste frontalier] Lacolle para renovar nuestros documentos de inmigración, un trámite sencillo, añadió el hombre. Cruzamos las líneas y cuando llegamos, fue cuando las cosas se fueron mal”.
Fue entonces cuando se enteraron de que habían trabajado ilegalmente en territorio canadiense.
Según ellos, tenían continuidad, pero el agente fronterizo aclaró que tenían la continuidad de estar legalmente en el territorio, pero no de trabajar allí.
La familia tendrá que abandonar el país junto a su pareja, Sophie Granet y su hija de 9 años.
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Los propietarios afirman que el agente fronterizo no les dejó salir sin comprar los billetes de avión.
Se les espera en el aeropuerto el 2 de enero, sin fecha de regreso. La familia será escoltada a sus asientos, un procedimiento “degradante”, afirmó.
Un periodo menos festivo
Desde el 2 de diciembre, los expositores comerciales han estado menos abastecidos.
“Nuestra facturación cae cada día. Se estima que es alrededor del 40% diario y no puedo ni imaginar lo que será durante las vacaciones”, mencionó la señora Granet.
Aunque otros empleados ayudan, las cantidades son significativamente menores que antes.
Clientes decepcionados
Para los clientes de la panadería Tartes et Clafoutis, es un auténtico duelo.
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“Todos los años mi madre viene a hacerme la tarta de cumpleaños aquí. […] Se ha convertido en una tradición gracias a su hermoso trabajo”, dice Dominic Fortier, un cliente que se hizo amigo de los propietarios.
Para Claire, era una tradición venir a probar los pasteles de Joseph todas las semanas. “Son buenas personas, me entristeció saber que todo se acabó”, añade.
Desesperados, los ciudadanos llamaron a la diputada por Shefford, Andréanne Larouche, y al despacho del ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía, Marc Miller. Según se informa, se están llevando a cabo conversaciones entre las dos oficinas.
En cuanto a la pareja, toca hacer las maletas para repatriar todos sus efectos personales, que estarán listos el 2 de enero. Al 19 de diciembre todavía no tienen ninguna dirección esperándolos.