De origen chino, la propietaria de Wok 47 prefiere quedarse con un nombre fácil de recordar: Mélanie. Esta joven de 38 años se inició en la restauración con su familia (sus padres regentan un restaurante en el Loira); Ahora quería valerse por sí misma abriendo su establecimiento en Agen. Una elección un poco casual, porque fue aquí, en la calle Cressonnière (frente al garaje Renault) donde encontró un local de 1.000 m².
El espacio es lo que llama la atención al abrir la puerta del Wok 47, una especie de gigantesco espacio abierto, donde las diferentes especialidades están dispuestas en islas específicas. Porque si los amantes de la cocina asiática pueden llenar sus platos en este buffet libre, también podrán degustar platos franceses. En el establecimiento se pueden comer woks, parrilladas, mariscos y sushi, con precios que varían entre 16,90 € y 25,90 € según el día y la hora (una bandeja para llevar cuesta 8 euros). Mélanie cuenta con esta amplia oferta para atraer a los clientes, también atraídos por esta fórmula de “todo lo que puedas comer” (ojo, insistimos en no desperdiciar comida, y te costará 5 euros por plato no consumido).
Un robot que causa
El lugar es luminoso y espacioso, con pasillos lo suficientemente anchos como para que un robot sobre ruedas lleve las bebidas directamente a su mesa, tomándose el tiempo para una charla rápida. La decoración no es específicamente asiática, “sino que todo viene de China”, explica Mélanie. Un contenedor bloqueado durante cuatro meses también retrasó la apertura del lugar.
Wok 47 está abierto los siete días de la semana y cuenta con una plantilla de unas diez personas, un equipo capaz de gestionar apenas 300 plazas. Finalmente, una gran barra ofrece todo tipo de bebidas, incluida una variedad de cócteles con o sin alcohol.
Wok 47: 9001 Allée des Cressonnières. Semejante. 05 53 96 47 06.
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