Francia, en el centro de la creación de este campo magnético 280.000 veces más potente que el de la Tierra y un avance gigantesco para la fusión nuclear

Francia, en el centro de la creación de este campo magnético 280.000 veces más potente que el de la Tierra y un avance gigantesco para la fusión nuclear
Francia, en el centro de la creación de este campo magnético 280.000 veces más potente que el de la Tierra y un avance gigantesco para la fusión nuclear
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Se ha logrado una hazaña monumental en el campo de la energía de fusión gracias a los esfuerzos combinados de Europa y Japón, lo que marca un punto de inflexión decisivo para el proyecto ITER.

Este desarrollo promete transformar nuestro enfoque hacia la energía sostenible. A continuación se ofrece una mirada detallada a este espectacular avance y su importancia para el futuro energético del mundo.

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El magnetismo en el centro del proyecto ITER

El proyecto ITER, una iniciativa internacional destinada a simular los procesos energéticos de las estrellas en la Tierra, acaba de alcanzar un hito crucial. Recientemente se completaron las bobinas de campo toroidal, desarrolladas conjuntamente por Europa y Japón. Estos componentes masivos son esenciales para generar un campo magnético 280.000 veces más fuerte que el campo magnético de la Tierra para mantener el plasma supercaliente dentro del tokamak, un dispositivo experimental con forma de rosquilla. En este plasma es donde se produce la fusión nuclear, una fuente de energía limpia y potencialmente ilimitada.

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Fusión: un complejo entre ciencia e ingeniería

El corazón del ITER, el tokamak, está destinado a crear y controlar un plasma de fusión a 150 millones de grados Celsius, o diez veces la temperatura del núcleo solar. Para lograrlo, se implementa un cóctel de tecnologías avanzadas, entre ellas imanes superconductores que, una vez enfriados a -269 grados centígrados, alcanzan una conductividad eléctrica casi perfecta. Estos imanes están diseñados para generar potentes campos magnéticos capaces de contener y dar forma a plasma extremadamente caliente.

La colaboración internacional en el corazón de esta compleja innovación

El proyecto ITER es el resultado de una colaboración entre más de 30 países, cada uno de los cuales aporta su experiencia y recursos tecnológicos. Esta cooperación internacional no se limita a contribuciones técnicas, sino que se extiende a un compromiso financiero materializado principalmente en el suministro de componentes esenciales del tokamak. Entre los contribuyentes notables se incluyen gigantes industriales como Mitsubishi Heavy Industries y Toshiba Energy Systems.

Los desafíos de la fabricación de bobinas

La producción de bobinas toroidales D requiere una precisión extrema y una coordinación perfecta entre varios centros de fabricación de todo el mundo. Miles de kilómetros de filamentos de niobio y estaño se transforman en conductores eléctricos rodeados de helio líquido. Este complejo proceso también incluye el cuidadoso ensamblaje de varios “panqueques” para formar las bobinas finales.

El impacto medioambiental y económico del ITER

Además de proporcionar una fuente de energía potencialmente ilimitada y limpia, el ITER se concibe como un trampolín hacia la comercialización de la fusión nuclear. Si los resultados experimentales son positivos, las futuras plantas de fusión podrían proporcionar una energía considerable sin emisiones de CO2, contribuyendo así significativamente a la lucha contra el cambio climático.

Fusión, un sueño ya no tan lejano

Con la puesta en servicio prevista del tokamak ITER, los científicos e ingenieros del proyecto se encuentran en los albores de una nueva era en la producción de energía. Los resultados de este gigantesco laboratorio podrían redefinir nuestras fuentes de energía y allanar el camino para una revolución energética basada en la fusión nuclear.

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Este artículo explora el papel crucial de las bobinas de campo toroidal en el proyecto ITER, un esfuerzo internacional para aprovechar la energía de fusión. Examinamos los detalles técnicos de su diseño y fabricación, la importancia de la colaboración internacional y las posibles implicaciones de esta tecnología en nuestro futuro energético y medioambiental.

Fuente: Eurekalert

Imagen: ITER

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