Los contadores Linky, cuyo despliegue ha sido objeto de numerosas críticas en el pasado, parecen incluso más rentables de lo esperado para Enedis. Según un informe del Tribunal de Cuentas publicado el 29 de noviembre, la vasta operación de instalación de contadores “inteligentes”, elogiada por el Palacio Cambon por haberse realizado a tiempo y a un coste muy inferior al previsto, permitió realizar ahorros importantes para el distribuidor de energía. El programa, inicialmente presupuestado en 5.500 millones de euros, acabó finalmente en 4.600 millones, es decir, un ahorro del 18% y una diferencia de 880 millones de euros. Lo cual, sobre el papel, podría parecer un éxito.
Sin embargo, esta imagen tan halagadora esconde varias zonas grises. Si la operación se completó con éxito desde el punto de vista técnico y financiero, el Tribunal de Cuentas plantea dudas sobre la remuneración de Enedis y sus compromisos iniciales con el consumidor. El informe acoge con satisfacción el “ Programa industrial con éxito reconocido por la mayoría de las partes interesadas. » pero destaca que no lo logró “ previsiones iniciales » de 9,7 mil millones de euros en ganancias prometidas a los consumidores. Se suponía que estos últimos ahorrarían dinero mediante una gestión optimizada de su consumo de energía, algo que los dispositivos Linky realmente no permitían. Además, la filial de EDF recibió una remuneración adicional de 311 millones de euros del Estado entre 2016 y 2023, con un tipo garantizado hasta 2041.
El Tribunal de Cuentas también señala un sistema de remuneración especialmente favorable para el directivo Enedis, que se benefició de una bonificación de 407 millones de euros, entre 2016 y 2022, gracias a los objetivos de rendimiento alcanzados en términos de costes y plazos. Finalmente, el informe destaca el mecanismo de “ aplazamiento de tarifas », un sistema que juzga la institución del Palais Cambon “ complejo y costoso », pagado en última instancia por los consumidores. Un conjunto de prácticas y mecanismos que, en definitiva, parecen lejos de beneficiar a la ciudadanía.
Una respuesta que ya está siendo criticada
No es la primera vez que los medidores Linky no han estado a la altura de las expectativas desde su implementación, particularmente en términos de su coste real y sus implicaciones prácticas. Así, en 2018, el Tribunal de Cuentas ya denunció un sistema “ costoso para el consumidor », en contradicción con las promesas iniciales. De hecho, Enedis había asegurado en 2011 que los particulares no tendrían “ absolutamente nada que pagar, ni ahora ni después » para la instalación de contadores. Sin embargo, a partir de 2022, el 90% de los hogares equipados tuvieron que empezar a reembolsar el coste de la instalación, un total de 130 euros repartidos en las facturas a lo largo de varios años.
Al mismo tiempo, casi 1,2 millones de hogares continuaron, en 2023, rechazando la instalación de Linky, alegando preocupaciones sobre los costes, los riesgos relacionados con la tecnología digital o incluso posibles abusos en términos de vigilancia. Una polémica estalló en particular durante la crisis sanitaria, cuando se sugirió utilizar el contador para comprobar la ocupación de las segundas residencias. Quienes se nieguen a informar a la filial EDF de su índice de consumo deberán pagar una multa anual de más de 50 euros por lectura manual. Y para 2025, los resistentes a la cajita verde podrían, a su vez, tener que pagar 41,58 euros cada dos meses, a los que se sumarían 25,08 euros para quienes no transmitan ellos mismos su declaración de consumo.
Este informe, seis años después del que pedía mejoras en favor de los consumidores, destaca sobre todo que el programa Enedis, supuestamente al servicio del interés general como gestor de un servicio público, ha cumplido principalmente sus promesas… para el propio distribuidor. .
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