La Autoridad de Competencia autorizó este jueves en retrospectiva la compra de 200 establecimientos bajo la marca Casino por parte de su competidor Mousquetaires/Intermarché. Pero con una condición: Intermarché debe vender 11 tiendas a otros distribuidores para evitar una competencia insuficiente a nivel local.
Las tiendas que deberán venderse se encuentran en Arc-lès-Gray (70), Bagnères-de-Luchon (17), Blanzac-lès-Matha (17), Boé (82), Charlieu (42), Lambesc ( 13), Lorgues (83), Revel (31), Solliès-Pont (83), Susville (38) y Valence-d’Agen (82), precisa la Autoridad en su comunicado de prensa. Intermarché había anunciado la adquisición de las tiendas Casino a principios de 2024.
Otras tiendas vendidas a Auchan y Carrefour
Las grandes dificultades financieras del distribuidor Casino le han obligado a vender casi la totalidad de sus grandes superficies, supermercados e hipermercados a sus competidores Intermarché, pero también a Auchan y Carrefour. Las conclusiones del examen de las adquisiciones realizadas por estos dos últimos, que compraron respectivamente entre un centenar y una treintena de establecimientos Casino, serán objeto de comunicación diferenciada, según una fuente conocedora del asunto.
La Autoridad de Competencia aclaró este jueves que el examen de la operación “se refiere a establecimientos distintos de los 61 puntos de venta” Casino ya adquiridos en 2023 por Intermarché. La operación fue autorizada en enero de 2024, sujeta a la venta de tres tiendas en Lons-le-Saunier (39), Plouaret (22) y Vals-près-le-Puy (43). Fueron “vendidos al grupo Carrefour”, indica la autoridad independiente.
3.000 puestos de trabajo amenazados
Casino todavía contaba con 200.000 empleados en todo el mundo a finales de 2022, de los cuales 50.000 en Francia. Pero había crecido endeudándose y, después de haber multiplicado las ventas, tuvo que reestructurar su deuda en proporciones importantes. El primer accionista y anterior director, Jean-Charles Naouri, tuvo que ceder el control y dejar que el multimillonario checo Daniel Kretinsky y sus aliados tomaran el control del grupo.
La distribuidora emplea hoy a menos de 30.000 personas, incluso antes de que se esté discutiendo un plan social que, según los sindicatos, amenaza alrededor de 3.000 puestos de trabajo. Se reorienta hacia marcas de tiendas más pequeñas, Monoprix, Franprix, Vival o Spar. La nueva dirección pretende convertirla en un “campeón de la proximidad” desarrollando la actividad de franquicia, un modo de funcionamiento de las tiendas más rentable para los distribuidores que luego no tienen que asumir ciertos costes operativos.
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