El plan de acción contra el radio de la Confederación permitió limpiar más de 160 antiguos talleres de relojería contaminados. Según un informe adoptado el miércoles por el Consejo Federal, se han identificado unos 250 antiguos vertederos que podrían contener residuos de radio.
Utilizado en relojería hasta los años 60 por sus propiedades luminiscentes, especialmente en las agujas de los relojes, el radio es una sustancia cancerígena. En el marco del plan de acción, tras una extensa investigación histórica se identificaron casi 1.100 edificios potencialmente contaminados con radio, principalmente en los cantones de Berna, Neuchâtel y Solothurn.
Tras medidas de diagnóstico, fue necesario limpiar más de 160 de estos edificios (o jardines contiguos). Las localidades de La Chaux-de-Fonds (360) y Bienne (205) son las más afectadas. Estos trabajos han permitido reducir significativamente la exposición de los ocupantes actuales y futuros al radio y garantizar la habitabilidad de los edificios a largo plazo, estima el Consejo Federal.
Los costos de saneamiento han sido cubiertos en gran medida por la Confederación, y rara vez se puede identificar a las personas o empresas detrás de la contaminación. En total, el plan de acción costó cerca de 11 millones de francos, indicó el gobierno en un comunicado de prensa. Inicialmente previsto para cinco años, el plan de acción finalmente se extendió a diez años, revelando el alcance del uso histórico del radio en la industria relojera.
Aún quedan 250 vertederos antiguos
También se ha desarrollado una estrategia para la gestión a largo plazo de más de 250 antiguos vertederos que probablemente contengan residuos contaminados y que requieren medidas de protección radiológica en caso de futuras excavaciones.
El plan de acción logró sus objetivos en términos de protección de la salud de la población y de los trabajadores, así como del medio ambiente. Pero no se puede excluir el descubrimiento de futuros legados del radio, concluye el Consejo Federal.
Trabajadores expuestos
El radio se utilizó en la industria relojera entre los años 1920 y 1960. A pesar de las precauciones tomadas para perder lo menos posible, el radio era muy caro, los empleados estaban expuestos.
En aquel momento, dada la gestión sumaria de los residuos radiactivos generados por estas aplicaciones, los residuos de radio acababan en los residuos domésticos y se depositaban en vertederos ordinarios sin ninguna medida de precaución especial.
ats/lan
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