El gigante automovilístico alemán Volkswagen anunció el miércoles la venta de sus operaciones ubicadas en la región china de Xinjiang, donde Beijing está acusado de violaciones masivas de derechos humanos, incluido trabajo forzoso.
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La empresa venderá su fábrica en la capital de Xinjiang, Urumqi, así como una pista de pruebas en Turpan, a una empresa china, dijo un portavoz en un comunicado.
La empresa alega “razones económicas” y un “reajuste estratégico” para justificar su decisión.
Durante varios años, los defensores de los derechos humanos han acusado a Beijing de llevar a cabo una represión contra los uigures y otras minorías musulmanas en Xinjiang, incluidos trabajos forzados y detenciones en campos.
La región ubicada en el noroeste de China alberga varios proveedores de empresas multinacionales, incluidas importantes marcas europeas y estadounidenses.
Volkswagen ha sido durante mucho tiempo el centro de atención debido a su fábrica en Urumqi, inaugurada en 2013, en la que la compañía tiene participación a través de su socio local SAIC.
A principios de este año, el diario financiero alemán Handelsblatt afirmó que la construcción de la pista de pruebas de VW en Turpan en 2019 pudo haber implicado trabajo forzoso.
Volkswagen respondió que no había encontrado pruebas de violaciones de derechos humanos relacionadas con el proyecto, pero prometió investigar el asunto.
En su comunicado, el fabricante alemán afirma que todas sus operaciones en la región serán vendidas a la empresa china Shanghai Motor Vehicle Inspection Center (SMVIC).