Hennessy, filial del grupo LVMH, ha suspendido su controvertido proyecto de trasladar el embotellado de coñac a China. Una decisión que llega tras una masiva movilización de sus empleados en Cognac.
La reacción de Hennessy ante los recargos chinos
Desde el 11 de octubre, China ha impuesto medidas estrictas a los importadores europeos de brandies, incluido el coñac, que representa el 95% de las exportaciones afectadas. Beijing exige un depósito o garantía bancaria equivalente al 34% al 39% del valor de la mercancía para cualquier envío en botellas de menos de 200 litros. Esta medida, justificada por una investigación antidumping, se considera una respuesta directa a los recargos del 35% introducidos por la Unión Europea sobre los vehículos eléctricos chinos.
Para sortear estas restricciones, Hennessy propuso un proyecto piloto: exportar su coñac a granel y embotellarlo en China a través de un subcontratista local. Según la dirección, esta iniciativa habría permitido mantener la competitividad de la empresa en el mercado chino, que representa el 25% de sus exportaciones. Pero esta idea despertó inmediatamente la ira de los empleados, preocupados por el futuro de sus puestos de trabajo y de la producción local.
Los días 19 y 20 de noviembre, casi 600 empleados de Hennessy participaron en una huelga histórica. Apoyados por los sindicatos y acompañados por los trabajadores de Verallia, el principal proveedor de botellas de vidrio, se manifestaron frente a la sede de la empresa en Cognac. Yvan Biais, delegado de la CGT, denunció una “espada de Damocles” que pesa sobre los empleados y una posible reubicación a largo plazo.
Movilización social y suspensión del proyecto.
Ante esta presión, la dirección de Hennessy anunció, el 25 de noviembre, la suspensión temporal de su proyecto. « La casa sigue de cerca la evolución de la situación política y diplomática », indicó la empresa, precisando que la producción de coñac, desde la cosecha hasta el ensamblaje, permanecería anclada en Cognac. El comunicado de prensa niega también cualquier intención de trasladar sus actividades a Francia.
Sin embargo, para los sindicatos esta suspensión no supone el abandono definitivo. “ El proyecto sigue en suspenso. Seguimos movilizados », declaró Matthieu Devers, representante de la CGT, confirmando una jornada de acción prevista en Cognac.
La industria del coñac, que emplea a 72.500 personas en Francia, depende casi exclusivamente de las exportaciones, que representan el 98% de las ventas. Si Estados Unidos sigue siendo el mercado líder (38%), China ocupa un lugar estratégico con el 25% de los envíos.
Este enfrentamiento comercial entre la Unión Europea y Beijing pone de relieve la fragilidad de esta industria frente a las tensiones internacionales. Si bien la UE se ha puesto en contacto con la Organización Mundial del Comercio para cuestionar las prácticas chinas, la suspensión del proyecto Hennessy ofrece un respiro a sus empleados, pero deja incertidumbre sobre el futuro del sector.