Yuka ofrecerá a sus usuarios la oportunidad de contactar directamente con grupos industriales para solicitar la retirada de aditivos considerados controvertidos de sus recetas. “Desgraciadamente, los poderes públicos tardan demasiado en prohibir sustancias controvertidas, hay que esperar décadas”.explica Julie Chapon, cofundadora de Yuka. La aplicación, creada hace ocho años, cuenta con un total de 60 millones de usuarios en todo el mundo, 22 de ellos en Francia.
La aplicación enumera 55 aditivos: edulcorantes perjudiciales para la microbiota, emulsionantes con riesgo para el sistema cardiovascular, colorantes sospechosos de favorecer la hiperactividad en los niños. Estas sustancias aparecen en rojo cuando se escanea un producto que las contiene. Entonces será posible, con un simple clic, enviar un correo electrónico o un mensaje en X directamente al fabricante para pedirle que elimine estos aditivos. “También hay conflictos de intereses ante todo esto, el consumidor tiene el poder de actuar directamente”explica Julie Chapon, cofundadora de Yuka.
Aditivos que no son esenciales
Porque, bajo la presión de los consumidores, las prácticas están evolucionando. Los fabricantes no pueden ignorar el apetito francés por productos más saludables, opina Olivier Andrault, especialista en cuestiones alimentarias de UFC-Que Choisir: “No debemos escuchar el discurso de la industria que nos dice que siempre habrá necesidad de ciertos aditivos potencialmente peligrosos. Esto no es cierto. Nuestros estudios muestran que siempre hay una mejor opción, ya sea desde un punto de vista nutricional o la presencia de aditivos.”
Las campañas llevadas a cabo en los últimos años también han permitido reducir el uso de nitritos en el jamón y han bajado el nivel de azúcar en determinados cereales infantiles. Por el momento, ANIA, la asociación nacional de fabricantes agroalimentarios, no ha querido reaccionar.
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