“La vieja industria francesa da paso a los jóvenes chinos con la esperanza de aprender”

“La vieja industria francesa da paso a los jóvenes chinos con la esperanza de aprender”
“La vieja industria francesa da paso a los jóvenes chinos con la esperanza de aprender”
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Dn la región de Montbéliard (Doubs), cuna histórica de Peugeot, preparamos champán para un chino. El lunes 18 de noviembre la ciudad firmó la venta de 10 hectáreas de terreno al fabricante de paneles solares DAS Solar. Originaria de Zhejiang, al sur de Shanghai, la joven empresa pretende invertir más de 100 millones de euros para montar una fábrica de paneles con una capacidad de 3 gigavatios.

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Podría emplear directamente a más de 400 personas. Por lo tanto, el partido está en marcha, con proyectos competidores de las empresas Carbon, en Fos-sur-Mer (Bouches-du-Rhône), y Holosolis, en Moselle, para intentar reactivar un sector solar francés diezmado a principios de los años 2000. por la competencia china, pero en un mercado que ahora está en pleno crecimiento.

La región de Montbéliard es rica en terrenos industriales abandonados. La vendida a DAS Solar había albergado anteriormente fábricas de Peugeot y luego de su fabricante de equipos Faurecia. Como un paso del testigo. La vieja industria francesa da paso a los jóvenes chinos con la esperanza de aprender. En el acuerdo firmado figura, según Los Ecos a partir del martes 19 de noviembre la obligación de transferencia de tecnología. Como lo solicitaron los chinos en los años 1990, cuando los europeos intentaron abrir fábricas allí. “Debemos tener el pudor de admitir que nos hemos convertido en un país emergente y que debemos comportarnos como tal”reconoce el jefe de un gran banco público.

Una cuestión de saber hacer

Superada por la revolución de los coches eléctricos y las energías renovables, Europa está luchando por ponerse al día. El ejemplo más espectacular es el de la sueca Northvolt, que aspiraba a convertirse en un gigante mundial de las baterías y se benefició de la buena voluntad del sector europeo. Logró recaudar cerca de 15 mil millones de euros para instalar sus fábricas en Suecia, Alemania y Canadá. Desgraciadamente, tres años después de la inauguración de su primera fábrica, la producción todavía no es suficiente, ni en cantidad ni en calidad, según sus primeros clientes, que ahora le dan la espalda. El grupo está ahora al borde de declararse en quiebra.

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Probablemente Northvolt subestimó la magnitud de la tarea y sobreestimó su capacidad para dominar en poco tiempo una profesión tan difícil como la electroquímica, una de las principales especialidades de los surcoreanos y los chinos. Lo mismo ocurre con las células y paneles solares. No es una cuestión de ciencia, sino de conocimientos industriales. De ahí la necesidad de aprender de los competidores, de volver a lo que el economista Philippe Aghion llama “la frontera tecnológica”donde no anidan los mejores del mundo.

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