Valérie sufre problemas de salud sexual. Desde hace varios meses consulta periódicamente a un sexólogo. Pero no tanto como le gustaría, por falta de dinero.
Publicado a las 5:00 a.m.
A 110 dólares por consulta, recibir ayuda es caro. Y su plan de seguro grupal no reembolsa ni un centavo.
“Es absurdo que no esté cubierto”, afirma Valérie, que pide que no se publique su nombre completo por razones de confidencialidad.
Sólo una minoría de aseguradoras reembolsa los servicios de sexología, afirma la presidenta de la Asociación de Sexólogos de Quebec, Amélie Sauvé.
Sin embargo, los sexólogos son profesionales calificados y autorizados que pueden evaluar y tratar una variedad de problemas sexuales y emocionales.
“Acabo de venir de una reunión con una madre cuya hija fue víctima de agresión sexual y sus servicios no están cubiertos”, dice Ma mí Guardado.
Un ejemplo entre muchos otros, lamenta.
Esta es una lucha que llevamos librando desde hace años contra las aseguradoras.
Amélie Sauvé, presidenta de la Asociación de Sexólogos de Quebec
No vendedores de “juguetes sexuales”
La presidenta de la Orden Profesional de Sexólogos de Quebec, Joanie Heppell, considera “deplorable” que los servicios de los sexólogos no estén cubiertos del mismo modo que los de los psicólogos.
Sin embargo, su campo de intervención es amplio: trauma sexual, disforia de género, disfunciones sexuales, violencia doméstica, adicción a la pornografía, etc.
Los problemas que tratan pueden tener importantes consecuencias en la vida diaria de quienes los padecen.
No, los sexólogos “no muestran posiciones sexuales” y “no venden juguetes sexuales”, bromea Amélie Sauvé.
Pero pueden ayudar a las víctimas a superar el trauma sexual. Apoyar a los adolescentes en la búsqueda de su identidad de género. O simplemente con el corazón roto.
“No consideramos a los sexólogos como actores importantes en la prevención de la salud mental”, lamenta.
Los sexólogos titulares de una licencia de psicoterapeuta suelen estar cubiertos por un seguro, señala Amélie Sauvé. Sin embargo, esto está lejos de ser el caso de todos los sexólogos, aunque ofrezcan servicios similares.
Lista de espera pública
Valérie no quiere consultar a un psicólogo. “Un sexólogo es exactamente lo que necesito. Ella está muy bien equipada para ayudarme en mi vida”, enfatiza.
La joven quedó atónita cuando su plan de seguro colectivo con Desjardins rechazó su reclamación.
“Di por sentado que estaba cubierto”, afirma la mujer, que trabaja para el gobierno provincial.
En una clínica privada, los costes de una consulta de sexología suelen rondar entre 90 y 150 dólares la hora.
Algunos sexólogos ejercen dentro de la red pública, pero como en el caso de los psicólogos, las listas de espera pueden ser largas.
Actualmente hay poco menos de 1.200 sexólogos autorizados en Quebec, un número insuficiente para atender a la red pública, lamenta Joanie Heppell.
“Todos hemos experimentado desamor. Pensamos que la población merece servicios más accesibles”, enfatiza.
Esfuerzos de divulgación
La Asociación de Sexólogos de Quebec recibe frecuentemente el contacto de clientes cuyo plan de seguro no reembolsa los servicios de sexología.
Luego les envía un formulario destinado a la aseguradora y al empleador detallando la relevancia de cubrir estos servicios.
Sin embargo, las personas que buscan consultar a un sexólogo no necesariamente tienen la energía o el deseo de dar ese paso, subraya Joanie Heppell.
“Cuando pedimos ayuda, a veces es porque no nos va bien”, explica.
En los últimos años, el Colegio de Sexólogos ha realizado una labor de sensibilización con las compañías aseguradoras.
Los empresarios también deben ser conscientes de esta cuestión cuando negocian su contrato, añade Amélie Sauvé.
Por correo electrónico, Desjardins Assurances sostiene que “ofrece una cobertura de seguro colectivo para los servicios ofrecidos en sexología a los empresarios que deseen añadirla a las prestaciones sociales que ofrecen a sus empleados”.
una victoria
La profesión de sexólogo es específica de Quebec. En el resto del mundo, la especialidad la atienden generalmente ginecólogos o incluso psicólogos.
“Podemos estar orgullosos de ello”, dice Joanie Heppell.
La profesión logró recientemente un avance significativo. Desde junio, los sexólogos ya no tienen que cobrar impuestos a sus clientes por sus servicios de psicoterapia.
La comunidad luchó durante años para que se agregara a la definición del término practicante según la Ley de impuestos especialesde la misma forma, por ejemplo, que los psicólogos.