Aeropuertos y empresas ya sufren el cambio climático

Aeropuertos y empresas ya sufren el cambio climático
Aeropuertos y empresas ya sufren el cambio climático
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Como parte del objetivo de cero emisiones netas en 2050, el transporte aéreo debe avanzar en la descarbonización de las actividades terrestres (propulsión de aviones cuando atracan, vehículos de pista, etc.) pero también adaptar aeropuertos y rutas de acceso.

Aeropuertos inundados o dañados por el calor, vuelos desviados por incendios forestales y fenómenos meteorológicos violentos: comprometido con reducir sus emisiones, el transporte aéreo también debe adaptarse urgentemente al cambio climático, cuyos efectos se multiplican. Un recordatorio singular para los delegados de IATA, la mayor asociación mundial de compañías aéreas, reunidos desde el domingo en Dubai: el aeropuerto del emirato, emblemático de su desarrollo exponencial, fue invadido por el agua a mediados de abril tras unas lluvias torrenciales. Se han cancelado más de 2.000 vuelos.

Menos de un mes después, las pistas del aeropuerto de Porto Alegre sufrieron inundaciones sin precedentes en el sur de Brasil. Los aeropuertos parisinos de Roissy y Orly tuvieron que cerrar durante unas horas el 1 de mayo debido a violentas tormentas. Durante el verano de 2022, una ola de calor sin precedentes en el Reino Unido interrumpió las operaciones de vuelo y la superficie de las pistas de algunos aeropuertos se deformó.

“Muchos aeropuertos ya sienten los impactos del cambio climático”, explica Alexandre de Joybert, director de desarrollo sostenible de ACI Europa, que agrupa a 500 aeropuertos del Viejo Continente y actualmente está desarrollando un marco para ayudarles a planificar sus inversiones en función de el cambio climático.

360 mil millones de euros para invertir hasta 2040 en Europa

La asociación calcula en 360.000 millones de euros las inversiones necesarias en Europa de aquí a 2040 para avanzar en la descarbonización de las actividades terrestres (propulsión de aviones en atraque, vehículos de pista, etc.), siendo el objetivo cero emisiones netas en 2050, pero también Adecuar aeropuertos y rutas de acceso. Entre los posibles proyectos: pasarelas elevadas en zonas costeras, reubicación de equipos eléctricos situados bajo tierra, recalibración de los sistemas de evacuación de aguas pluviales, operaciones de poda antes del verano, cubiertas que resistan mejor las olas de calor… “Cualquier nuevo proyecto de mejora o modernización integra estos criterios”, según Alexandre de Joybert.

En Vinci Airports, cuyo aeropuerto de Kansai (Japón) sufrió importantes daños en 2018 durante el tifón Jebi, tener en cuenta estos peligros es ahora sistemático, explica esta empresa que gestiona 70 instalaciones en todo el mundo. El grupo ha desarrollado una herramienta informática que tiene en cuenta “trece peligros climáticos”, entre ellos “olas de calor, inundaciones, precipitaciones extremas, incendios forestales, erosión, tifones, subida del nivel del mar”, para analizar la capacidad de resistencia de las instalaciones, que permitirá para definir planes de acción.

“Estamos en concesiones de infraestructuras de movilidad, por lo que a largo plazo tenemos mucho interés en saber lo que sucederá dentro de 10, 20, 30, 50 años”, señala la empresa.

Turbulencias más frecuentes

En el futuro inmediato, el calentamiento global, sinónimo de tormentas más violentas y diferentes regímenes de viento, o incluso de gigantescos incendios forestales -como en Canadá en 2023- puede tener efectos sobre la puntualidad de los aviones y su capacidad de hacer escalas rápidas, clave para su rentabilidad. “Las interrupciones en las operaciones aéreas relacionadas con el clima están aumentando” en Europa, señaló Iata a finales de marzo. En 2023, el 30% de los retrasos de vuelos en el Viejo Continente se debieron al mal tiempo, frente al 11% en 2012, según la organización.

A finales de mayo, unas turbulencias extremas a gran altura afectaron a dos grandes aviones, uno de Singapore Airlines y otro de Qatar Airways, en el espacio de una semana, provocando un muerto y un centenar de heridos en total. Estos fenómenos “probablemente debidos al calentamiento” se han multiplicado en las últimas décadas en el norte de África, Oriente Medio y Extremo Oriente, región esta última con mayor probabilidad de verse afectada por su aumento en el futuro, según un próximo estudio de investigadores del Cerfacs. Instituto de Toulouse, asociado a Météo-France.

“Las turbulencias son una cuestión de seguridad, pero también cuestan a las empresas millones de dólares” al provocar daños en los aviones, según trabajos anteriores citados por estos científicos.

Esta observación es compartida por Iata, que desde 2018 adopta “Turbulence Aware”, una base de datos global de información en tiempo real sobre estos fenómenos, proporcionada por sensores instalados en aviones en vuelo.

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