Casi mil personas se manifestaron el sábado frente a la acería de Gerlafingen (SO) para realizar el mantenimiento de la fábrica. Exigieron a los políticos medidas inmediatas para salvar la única producción de acero reciclado en Suiza y a la empresa para que renuncie a cualquier despido.
“Somos Stahl Gerlafingen”, se podía leer en una de las numerosas pancartas de la manifestación, o “Acero reciclado, en lugar de competencia barata”. Los participantes dejaron claro que lucharán hasta el final para mantener la acería, la última empresa de reciclaje más grande de Suiza.
“Necesitamos ayuda ahora, no el año que viene”, afirma un representante del personal: “Stahl Gerlafingen es nuestra vida”. Otro señaló: “Somos como una familia”. Y el alcalde del PS en Gerlafingen, Philipp Heri, afirmó: “La fábrica es increíblemente importante para la región y para toda Suiza”.
Presión política
La consejera estatal de Soleura y directora de Economía Pública, Brigit Wyss (Verde), subrayó que el cantón intenta desde hace un año convencer al Consejo Federal de la importancia económica de la acería. Según ella, se trata de mantener en Suiza la producción de “acero verde”, es decir, acero reciclado para el sector de la construcción. No se puede “comprar este acero en ningún lado”.
La Huelga por el Clima también estuvo presente junto a los manifestantes. En un discurso, los diputados defendieron una política industrial ecológica y social.
El consejero federal encargado de Economía, Guy Parmelin, debe actuar, exigieron el consejero estatal de Soleura, Pirmin Bischof (centro), y su colega Franziska Roth (PS). Le preocupa mucho la actitud del Consejo Federal, admitió Pirmin Bischof. Si la producción de acero desaparece en Suiza, nunca volverá.
“Sin acero ya no podemos construir”, declaró Pierre-Yves Maillard, presidente del Sindicato Suizo y asesor de los estados socialistas de Vaud. “Suiza necesita una industria fuerte y la acería de Gerlafingen”.
Los sindicatos Unia, Syna, así como la Sociedad Suiza de Empleados Comerciales y Empleados de Suiza convocaron a la manifestación de solidaridad.
Las exigencias son dobles: la empresa, que pertenece al grupo italiano Beltrame, debe renunciar a los despidos y la política debe tomar medidas para garantizar el mantenimiento de la única planta suiza de producción de acero reciclado. Ya en octubre unas 500 personas se manifestaron en Berna para mantener la fábrica.
Una delegación a Berna
El jueves pasado, una delegación de cuatro empleados de una fábrica presentó al consejero federal Guy Parmelin una petición con más de 15.000 firmas.
El sábado, un miembro de la delegación dijo que tenía la impresión de que Guy Parmelin en principio “ya estaba de nuestro lado”, pero que el Consejo Federal quería una garantía para la creación de la empresa.
El futuro de la acería es incierto desde hace mucho tiempo. La primavera pasada se tomó la decisión de cerrar una línea de producción: se perdieron 60 puestos de trabajo. Luego, tras anunciar que 120 empleados estaban amenazados de despido, la fábrica introdujo el paro parcial.
ats/miro