“Técnicamente no podemos ejecutar el programa. El tiempo disponible ya no nos permite hacerlo debido a numerosas dificultades logísticas y financieras.“, declaró el Ministro tras una audiencia con el Presidente Umaro Sissoco Embalo. El propio Embalo anunció la fecha del 24 de noviembre tras la disolución del Parlamento, una muestra más de la inestabilidad crónica que caracteriza a este pequeño país de habla portuguesa de África Occidental. Las elecciones parlamentarias se suman a las elecciones presidenciales.
Embalo disolvió el Parlamento en diciembre de 2023, tres días después de enfrentamientos armados que presentó como un intento de golpe. Una coalición formada en torno al histórico Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), antiguo adversario del presidente Embalo, ostentaba la mayoría absoluta en el Parlamento desde las elecciones legislativas de junio de 2023, lo que obligó al presidente a una convivencia tensa.
La celebración de las elecciones legislativas del 24 de noviembre se enfrenta a varios obstáculos: su financiación, la expiración de las presidencias de la comisión electoral y del Tribunal Supremo y la animosidad entre el jefe de Estado y el presidente del PAIGC. Guinea-Bissau, uno de los países más pobres del mundo y considerado uno de los más plagados de corrupción, ha pasado del golpe de Estado a la fuerza armada o política desde su independencia de Portugal.
Desde las elecciones presidenciales de 2014, el país ha emprendido el camino de un retorno al orden constitucional, que no lo ha protegido de las turbulencias. Persistieron después de la elección de Embalo como presidente en diciembre de 2019 para un mandato de cinco años. El fin de su mandato y la fecha de las próximas elecciones presidenciales son objeto de controversia.