Esta brecha entre ingresos y gastos habría sido aún mayor sin la anulación de créditos de varios miles de millones de euros que permitieron reducir el gasto del Estado francés en alrededor de 6 mil millones de euros, hasta alcanzar un total de 486,4 mil millones de euros. El proyecto de ley de financiación de fin de gestión (PLFG), texto que fija los ajustes presupuestarios que se realizarán a finales de año, prevé anulaciones de créditos por valor de 5,6 mil millones de euros (incluidos 4,5 mil millones de la reserva cautelar congelada durante el verano). y 1.100 millones que afectan a distintos ministerios). Esta cantidad se suma a los 9.400 millones de euros que ya había cancelado el gobierno anterior.
“60 mil millones” de ahorro
Al mismo tiempo, se abrieron créditos por un importe de 4,2 mil millones de euros para cubrir gastos imprevistos, en particular el coste de las elecciones legislativas anticipadas y el apoyo a Nueva Caledonia. El PLFG debería ser examinado a partir del 19 de noviembre en la Asamblea Nacional, después de la votación prevista sobre todo el proyecto de ley de finanzas (PLF) para 2025, según un calendario publicado por el gobierno en Internet. Se presenta mientras el proyecto de presupuesto para el próximo año es objeto de intensos debates en la Asamblea Nacional, donde el gobierno ha sufrido reveses, a veces provenientes de su propio bando.
Para enderezar las cuentas públicas rojas que sitúan a Francia entre los países europeos con peores resultados, el ejecutivo prevé “60 mil millones” de euros en esfuerzo presupuestario, en reducciones de gastos y nuevos impuestos. Su objetivo es empezar a reducir el déficit, hasta el 5% del PIB en 2025 y luego hasta el 2,8% en 2029, por debajo del umbral máximo del 3% autorizado por la UE. Según el Ministro de Economía, Antoine Armand, la segunda economía de la zona del euro sería el último país en entrar en el marco presupuestario europeo, aunque también es el tercer país más endeudado detrás de Grecia e Italia (se espera casi el 115% del PIB). en 2025).
El inesperado deslizamiento del déficit público es el segundo en otros tantos años (alcanzó el 5,5% del PIB en 2023 frente al 4,9% previsto), suficiente para plantear dudas sobre la fiabilidad de las previsiones de la anterior mayoría macronista. En el punto de mira, el ex ministro de Economía y Finanzas Bruno Le Maire, al frente de Bercy durante siete años, está acusado de falta de sinceridad presupuestaria, especialmente por parte de la derecha.
Bonos olímpicos
Siempre lo ha defendido, atribuyendo la situación al apoyo masivo desplegado durante las sucesivas crisis, así como a los decepcionantes ingresos fiscales. Tendrá la oportunidad de repetirlo el jueves durante su audiencia en el Senado en el marco de una misión de información sobre el deslizamiento de las finanzas públicas. Por la tarde lo seguirá el ex ministro de Cuentas Públicas, y luego los ex primeros ministros Gabriel Attal y Élisabeth Borne, respectivamente, el viernes y 15 de noviembre.
En un dictamen sobre el PLFG, el Consejo Superior de las Finanzas Públicas (HCFP) pidió el miércoles al Gobierno que mantenga “supuestos prudentes” en sus textos financieros, para evitar un nuevo “desliz importante” en las cuentas públicas. Mientras Bercy prevé reunir un comité científico para evaluar sus modelos económicos, su presidente, Pierre Moscovici, que es también el primer presidente del Tribunal de Cuentas, sugirió el miércoles confiar las previsiones a “una institución independiente” como el HCFP.