En grandes dificultades financieras, el quinto distribuidor francés se prepara para llevar a cabo un importante plan social.
Aviso de tormenta en Auchan Francia. Después de los reveses del grupo Casino, le toca el turno al quinto distribuidor francés que se ve sacudido por todos lados. La dirección de las marcas insignia de la galaxia Mulliez (Leroy-Merlin, Decathlon, Boulanger y Kiabi) convocó este martes a los representantes de los trabajadores y debería presentarles un gran plan social. Alrededor de 2.300 puestos de trabajo de un total de 54.000 empleados podrían verse amenazados, según una fuente que confirma la información de La Lettre. Las medidas se centrarían especialmente en funciones de apoyo y tiendas. Por su parte, la dirección rechaza cualquier comentario.
Este plan se suma al proyecto de reducir las áreas de venta de sus hipermercados para reducir el tamaño. Estas grandes tiendas, que hicieron exitoso a Auchan en los años 1960 y 1970, ya no están en auge. Hoy constituyen el talón de Aquiles de la marca.
Es una prueba de fuego para el nuevo director general de Auchan Retail, Guillaume Darrasse, que sabía que su misión sería difícil cuando llegó el pasado mes de abril. El grupo ya no puede hacer la vista gorda ante sus dificultades financieras. En el primer semestre, Elo, la empresa matriz del grupo, registró una pérdida neta de casi mil millones de euros debido principalmente a Auchan Francia, cuyo volumen de negocios cayó bruscamente un 4,7% y su Ebitda disminuyó en 115 millones de euros. La situación ya no es sostenible en un sector donde la competencia es intensa, con independientes (Leclerc a la cabeza de la lista) que lo están haciendo bien desde la crisis inflacionaria.
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