Un DS 3 E-Tense eléctrico, vehículo criticado por la empresa EV Clinic.
Los lectores de Caradisiac nunca son amables en la columna de comentarios con el grupo Stellantis, cuyos problemas de fiabilidad se señalan periódicamente, sobre todo desde la explosión del escándalo de los motores de gasolina Puretech. Si bien también oímos hablar de errores relacionados con los primeros ejemplares entregados del nuevo Citroën C3, pero también de problemas que afectan al sistema de propulsión híbrido suave de gasolina y al cambio automático instalados ahora en casi todos los modelos urbanos y compactos del grupo, aquí vamos, que una reparación de coches eléctricos Especialista critica violentamente los productos Stellantis.
Se trata de EV Clinic, empresa experta en la reparación de vehículos sin motor térmico, que acaba de publicar varios posts asesinos (descubiertos por Numérama) sobre los productos del grupo Stellantis, utilizando hacia ellos un lenguaje colorido y casi insultante. En cuestión, la filosofía de diseño de estos coches eléctricos del grupo Stellantis, pero también su política de colaboración con terceras empresas para reparaciones realizadas fuera de la red oficial.
“Si conduces un Stellantis eléctrico, que Dios esté contigo”
Este post acusatorio, que los abogados del grupo Stellantis probablemente no se perderán, denuncia las prácticas y la calidad de los productos del gigante del automóvil y los califica de “lo peor en el mercado de coches eléctricos”.
Pone el ejemplo de un Ds 3 e-Tense que marca 23.000 kilómetros en su cuentakilómetros, inmovilizado durante 20 meses por no poder identificar con precisión el origen de la avería (debido, según él, a un diseño que no garantiza las empresas de terceros tienen fácil acceso a la solución de problemas). En este caso concreto, el garaje de la red oficial Stellantis ha elaborado un factura de reparación por importe de 12.500€ para cambio de motor, sin cobertura de garantía.
EV Clinic ofrece otros ejemplos (como el de los vehículos que ya no pueden recargarse con un cable de tipo 2 tras una avería no identificada) que ilustran un diseño calificado de problemático de estos coches eléctricos, con piezas de mala calidad que favorecen averías con consecuencias agravadas por la imposibilidad de aislar los elementos a sustituir sin tener que cambiarlo todo. La empresa denuncia una violación del “derecho a reparar”, normalmente contenido en los textos legislativos de la Unión Europea, con una negativa a comunicar por parte de los servicios técnicos del grupo cuando se les pide que proporcionen acceso a las herramientas de reparación (software y repuestos) de sus automóviles.
Recuerde que se trata de una empresa de terceros cuyos intereses son muy diferentes a los de Stellantis. En el caso del DS 3 traído por un cliente, las reparaciones realizadas por EV Clinic no resolvieron el problema a pesar de que el vehículo estaba estuvo inmovilizado durante mucho tiempo con 200 horas de trabajo y 5.000€ gastados. La empresa afirma que esta situación se debe a la mala calidad del producto y a las prácticas desleales de los equipos de Stellantis, pero sin aportar ninguna prueba (aunque publica imágenes que supuestamente ilustran el diseño fallido de determinados componentes electrónicos, cosa que no estoy haciendo). no está en condiciones de juzgar por falta de ser especialista en la materia).
Como en el caso del asunto Puretech, probablemente sea el número de estos casos lo que dirá en el futuro si el grupo Stellantis es realmente culpable o no. Pero las acusaciones de EV Clinic son graves, sobre todo porque los términos utilizados van mucho más allá de una simple crítica técnica y, en ocasiones, caen en el ámbito del insulto público. Esta empresa ya había hecho críticas similares a Stellantis en el pasado.