Desde hace algún tiempo la industria del automóvil no se encuentra en su mejor momento y esto afecta en general a todo el mercado europeo. Pero un país paga un precio aún más alto que los demás. De hecho, de aquí a 2035, casi 190.000 puestos de trabajo podrían desaparecer en Alemania, especialmente en el sector del automóvil. Esta cifra, revelada por un estudio reciente, no sorprende para un sector ya frágil: desde 2019, la industria del automóvil en Europa ya perdió más de 124.500 puestos de trabajo.
Una industria en peligro
Esta situación pone de relieve una crisis profunda, alimentada por varios factores económicos y geopolíticos, que podría seguir empeorando, con Alemania en primera línea. Pero entonces, ¿a qué se debe esta situación? No te preocupes, obviamente te lo explicaremos todo. En el resto de nuestro artículo a continuación, de hecho, a menudo se culpa a la transición a los vehículos eléctricos por esta situación, pero solo cuenta una parte de la historia: de hecho, es costosa para los fabricantes y requiere inversiones colosales en investigación y desarrollo, y en la conversión. de las líneas de producción, sin embargo, este cambio no es suficiente para explicar. Caída del 20% en las ventas de vehículos en Europa, lo que también afecta a los vehículos térmicos, cuyos costes se han disparado debido al aumento de los precios de las materias primas y a las nuevas y estrictas normas medioambientales.
Muchos factores
A esta situación se suma la feroz competencia de marcas chinas. Desde hace varios años, fabricantes alemanes como Volkswagen, Mercedes y BMW se han centrado en el mercado chino, hasta el punto de volverse en gran medida dependientes de él. Sin embargo, este mercado parece ahora alejarse de las marcas europeas, que luchan por competir con fabricantes locales como BYD o Geely, que ofrecen modelos eléctricos a precios más competitivos. Las recientes dificultades de Volkswagen son un ejemplo notable: el grupo anunció el cierre de tres fábricas en Alemania y Audi podría cerrar su unidad de producción en Bélgica. Pero otras marcas alemanas también están pasando por dificultades: Mercedes, por ejemplo, registró una caída del 12% en sus ventas en los últimos seis meses y su facturación se redujo a la mitad. Opel, por su parte, sufrió una caída del 24% en sus ventas el pasado mes de septiembre. En Francia e Italia, la esperanza de compensar la pérdida de empleos mediante la llegada de fabricantes chinos también podría verse socavada. Inicialmente, varias de estas marcas planeaban realizar fuertes inversiones en Europa para evitar impuestos de importación.
Sin embargo, el 10 de octubre, el Ministerio de Comercio chino convocó a importantes ejecutivos automotrices locales, incluidos los de Geely, SAIC y Chery, para invitarlos a suspender todas las inversiones en Europa. Esta decisión se produce después de que la Unión Europea decidiera triplicar los impuestos a los vehículos importados de China, en respuesta al auge de los coches chinos en el mercado europeo.