El 24 de noviembre los suizos votarán dos reformas de la ley de arrendamiento. Jessica Jaccoud, invitada del jueves en La Matinale, consejera nacionalsocialista y miembro de ASLOCA Vaud, advierte contra estas revisiones, que considera una ventaja peligrosa que se otorgaría a los propietarios.
Los dos proyectos debatidos en referéndum por las organizaciones de alquiler, en particular ASLOCA, tienen como objetivo, el primero, facilitar la rescisión del arrendamiento por “necesidad propia” y el segundo, limitar el subarrendamiento, endureciendo sus condiciones.
Para Jessica Jaccoud, esta primera disposición representa un peligro real para los inquilinos: “Lo que hacemos con esta reforma es facilitar las despidos. Si se acepta, habrá más despidos (…) y más arrendadores podrán proceder con despidos invocando este motivo”, afirma.
Por tanto, el asesor nacional teme una verdadera “ruptura social”. Según ella, el riesgo es que un número cada vez mayor de inquilinos, entre ellos muchos jubilados, no puedan encontrar una nueva vivienda. “Realmente vamos a crear situaciones en las que la gente no podrá encontrar un realojo, en situaciones bastante dramáticas. Un número cada vez mayor de jubilados ya están abandonando Suiza porque no pueden encontrar alojamiento aquí debido al coste del alquiler. Ya no podemos encontrar vivienda asequible, porque el simple hecho de buscar una en el mercado exige alquilar por más que la vivienda actual (…) Si terminamos con un aumento de las rescisiones de arrendamiento, de los jubilados, pero también de los estudiantes y las familias. Por lo tanto, se encontrarán en la calle”, advierte.
Un endurecimiento burocrático del subarrendamiento
El segundo objeto sometido a votación tiene como objetivo limitar las posibilidades de subarrendamiento, imponiendo procedimientos adicionales como la obligación de presentar una solicitud por escrito con firma manuscrita.
Sin embargo, para Jessica Jaccoud, esta disposición corre el riesgo de crear obstáculos burocráticos para los inquilinos sin justificaciones válidas. “La ley actual ya permite al arrendador oponerse al subarrendamiento si ello supone un alquiler más alto para el inquilino. Por lo tanto, permite al arrendador rescindir el contrato de arrendamiento en caso de subarrendamiento abusivo”, explica, considerando que los cambios propuestos añaden. complejidad innecesaria y están mal adaptados a las realidades de muchos inquilinos.
Según ella, este cambio podría plantear problemas prácticos, en particular: “¿Qué pasa si no le respondemos? No sé si alguna vez ha intentado ponerse en contacto con su dirección para un simple fregadero que tiene un problema, siempre es una lío La realidad es que mañana, si quieres subarrendar tu vivienda o parte de tu local comercial, tendrás que hacer una solicitud por correo y sólo se autorizará tu subarrendamiento si la dirección te responde por carta con firma manuscrita hoy. , podemos suponer que la ausencia de respuesta constituye un consentimiento tácito. Este ya no será el caso mañana”, explica.
Un desmantelamiento gradual
Pero para el concejal nacionalsocialista, estas dos votaciones son sobre todo sólo el comienzo de una ofensiva de los lobbies inmobiliarios destinada a desmantelar los derechos de los inquilinos.
Advierte de un método que califica de “salami”: reformas fragmentadas e introducidas paulatinamente, pero que acaban trastocando el derecho de arrendamiento en su conjunto. “Estos lobbies, que son mayoría en el Parlamento, desean desmantelar la ley de arrendamiento”, afirma. De hecho, a partir de la próxima primavera están previstas otras reformas, esta vez destinadas a limitar los recursos contra los aumentos de los alquileres.
Para Jessica Jaccoud y ASLOCA, es fundamental votar en contra de los objetos el 24 de noviembre para frenar esta dinámica de “desmantelamiento progresivo”, perjudicial para los inquilinos y para el mercado inmobiliario suizo.
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Web de adaptación: Tristan Hertig