“Reconocemos que hay desafíos por delante. Reconocemos que estos desafíos pueden superarse si trabajamos juntos”. dijo Arne Gibbs, director general de ExxonMobil Mozambique, en una conferencia sobre energía en Maputo.
“Mi mensaje es muy sencillo… Somos optimistas, vamos hacia adelante”añadió sobre el proyecto que se espera que entre en la fase de ingeniería y diseño preliminar (FEED) en los próximos meses y que ExxonMobil está desarrollando en asociación con Eni en Rovuma, en la zona marina 4, en el norte de Mozambique.
ExxonMobil será responsable de la construcción y operación de las instalaciones de licuefacción en tierra y la infraestructura relacionada, mientras que Eni se centrará en la unidad flotante de GNL Coral y las operaciones upstream.
El proyecto se retrasó en 2021 cuando TotalEnergies declaró fuerza mayor tras una ofensiva de insurgentes vinculados al Estado Islámico que amenazó su planta de GNL del Área 1 en Mozambique. ExxonMobil también se vio afectada por este retraso debido a que compartía instalaciones comunes, como un muelle y una instalación de descarga de GNL.
Originalmente planeado para una capacidad de 15 millones de toneladas métricas por año (mtpa), el proyecto ha sido rediseñado para convertirse en una nueva planta eléctrica modular de GNL de 18 mtpa, más flexible y que produce menos emisiones nocivas, dijo Gibbs.
“Era importante adaptar nuestro diseño a un proyecto plug-and-play que cumpliera con el entorno empresarial actual, incluidas las emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero (GEI)”.añadió.
En marzo, Crédit Agricole anunció que no financiaría dos grandes proyectos de GNL, incluido Rovuma, debido a su compromiso de no seguir apoyando nuevos desarrollos de combustibles fósiles.
Gibbs reconoció que la situación de seguridad había mejorado considerablemente gracias a la intervención de una fuerza militar regional y al apoyo militar brindado por Ruanda a Mozambique.
ExxonMobil dijo en febrero que estaba siguiendo de cerca los acontecimientos de seguridad en la provincia de Cabo Delgado, donde militantes vinculados al Estado Islámico han lanzado una nueva ola de ataques este año.
