Según un estudio reciente, la única manera de frenar una hipotética invasión de automóviles chinos en Europa sería aumentar drásticamente los impuestos. Pero hasta tal punto que probablemente sería impensable para Europa.
Sin esperar el resultado de la investigación europea sobre las subvenciones chinas a sus vehículos eléctricos, Francia ha decidido actuar condicionando su bonificación de CO2 a una puntuación medioambiental que tenga en cuenta el origen del vehículo. Pero, como vemos en particular con MG, esto es en última instancia muy poco para disuadir a las marcas chinas de intentar la aventura europea con grandes ambiciones. Incluso si eso significa planificar la construcción de fábricas en Europa para eludir posibles sanciones, que también serán retroactivas. Esto explica por qué en este mismo momento miles de vehículos chinos se encuentran bloqueados en los puertos europeos, especialmente en el Benelux.a la espera de las conclusiones de la investigación.
¿Sanciones demasiado tímidas?
Cualquiera que sea el resultado de la investigación, ya parece seguro que los frutos que dará serán necesariamente insuficientes para frenar una posible invasión de automóviles chinos que no estamos presenciando actualmente. En cualquier caso, ésta es la conclusión del estudio del Grupo Rhodium, citado por el Financial Times. Según él, los vehículos chinos deberían pagar un impuesto del 50% (más del doble de lo que se podría prever) de modo que pierdan toda noción de competitividad frente a los modelos europeos.
“Esperamos que la Comisión Europea imponga aranceles en el rango del 15 al 30 por ciento. Pero incluso si los aranceles están en el extremo superior de este rango, algunos fabricantes con sede en China aún podrán generar cómodos márgenes de ganancia en los automóviles que exportan a Europa debido a las sustanciales ventajas de costos de las que se benefician. Probablemente serían necesarios aranceles en el rango del 40-50% (posiblemente incluso más altos para los fabricantes integrados verticalmente como BYD) para hacer que el mercado europeo no sea atractivo para los exportadores chinos de vehículos eléctricos.“.
El estudio cita en particular el caso del BYD Seal U, vendido por unos 20.000 euros en China pero 42.000 euros en Europa. Los márgenes estimados serían 1.300€ para China y 14.300€ para Europa. contando las supuestas subvenciones del gobierno chino para incentivar a sus fabricantes a vender en el Viejo Continente. Es evidente que un impuesto aduanero, incluso del 30%, no sería suficiente para borrar el interés de Europa por los chinos y los cómodos márgenes que podrán obtener allí.
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