Esta semana, el fracaso de la formación acelerada en la industria de la construcción (certificados de estudios profesionales o “AEP”) generó mucha discusión.
CSD Construction había expresado desde el principio sus reservas hacia los AEP, y hoy los resultados preliminares confirman sus temores: hasta la fecha sólo el 26% de los graduados trabajan realmente en el sector.
El ministro de Trabajo, Jean Boulet, afirma que los resultados no son definitivos, ya que los estudiantes tienen hasta diciembre de 2025 para integrarse a la industria. Sin embargo, está surgiendo una tendencia importante y, para un programa que costó más de 300 millones de dólares, seamos francos, es un rotundo fracaso.
Razones del fracaso
Esto plantea una pregunta importante: ¿por qué tan pocos graduados de la AEP han ingresado a la industria de la construcción? Definitivamente no es para renovar su sótano. Es hora de alejarnos de este pensamiento simplista y examinar las verdaderas razones detrás de este fracaso. Es fácil señalar con el dedo a los estudiantes, pero la realidad es que el problema no es de ellos.
Es más bien la ausencia de medidas que permitan a los graduados integrarse bien en la industria lo que plantea un problema. Muchos han tomado medidas para encontrar empleo, sin éxito.
El problema radica en la reticencia de los empresarios a contratar a estas personas. A las empresas constructoras, aunque tienen una gran demanda de mano de obra, se les debería exigir que desempeñen un papel más activo en la contratación de personas calificadas. Ellos son quienes deben responsabilizarse del buen funcionamiento de este sistema.
Solución
Una solución eficaz sería que los empresarios se comprometieran a contratar estudiantes inscritos en la AEP, incluso antes del inicio de su formación. Una vez que se gradúen, estas personas ya tendrían un trabajo garantizado.
Si los empleadores necesitan tanto trabajadores calificados, deberían comprometerse a contratarlos desde el comienzo de su viaje. Esto proporcionaría una garantía de empleo para los graduados y, al mismo tiempo, cubriría las apremiantes necesidades laborales de la industria. Este es ya el principio utilizado en los pools de mano de obra: los trabajadores pueden incorporarse a la industria siempre que obtengan una garantía de 150 horas con un empleador específico.
Está claro que el modelo AEP actual no está funcionando como predijimos. Es urgente cuestionar nuestras prácticas y nuestra cultura si queremos integrar con éxito a nuevas personas trabajadoras y garantizar una retención positiva. Hay que mantener programas formativos que garanticen una educación de calidad como el DEP (en modalidad convencional o alternancia estudio-trabajo), pero también una integración efectiva en el mercado laboral, a través de una garantía de empleo por parte del empleador incluso antes de iniciar la formación.
Además, el gobierno ha tomado atajos en este programa, sin escuchar las propuestas de los sindicatos. No es cierto que esperar a los resultados finales vaya a cambiar nada en el veredicto: los AEP en construcción, en su forma actual, no funcionan.
Foto proporcionada por CSD Construction para Carl Dufour
Carl Dufour
Presidente de CSD Construcción
