Los empleados de Ascometal en Fos-sur-Mer presentan su propio plan de recuperación

Los empleados de Ascometal en Fos-sur-Mer presentan su propio plan de recuperación
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Los empleados de Ascometal en Fos-sur-Mer presentaron este jueves 25 de abril su propio plan para hacerse cargo de la empresa en quiebra.

A la espera de un comprador, los empleados de la planta de Fos-sur-Mer (Bouches-du-Rhône) del grupo siderúrgico Ascometal, en quiebra, y de la que la suiza Swiss Steel quiere deshacerse, presentaron este jueves 4 de abril 25 su propio proyecto de recuperación.

“Nuestro deseo es garantizar un plan de continuación de la actividad con todos los empleados”, aseguró Olivier, secretario general del sindicato departamental de la CGT de Bocas del Ródano, durante una rueda de prensa.

330 empleados

El centro de Fos-sur-Mer emplea actualmente a 330 personas. Según la CGT, 1.000 puestos de trabajo se ven directa o indirectamente afectados en la zona de Fos-sur-Mer por el futuro de Ascometal.

Esta fábrica fue comprada en 2018 por el grupo suizo Schmolz&Bickenbach, rebautizado Swiss Steel en 2020, al mismo tiempo que otras cuatro plantas de Ascometal, Hagondange (Mosela), Custines (Meurthe-et-Moselle), Marais (Loira) y Dunkerque (Norte). ).

En marzo de 2024, el grupo Ascometal anunció que se declararía en suspensión de pagos por tercera vez en diez años, tras el fracaso de su plan de venta de las instalaciones de Hagondange, Custines y Marais.

“Estamos empezando a acostumbrarnos a esta situación”, lamenta François Lalane, de 35 años, trabajador desde hace 14 años en la obra de Fos-sur-Mer. “Tenemos estrés todos los días, simplemente sabiendo si vamos a conservar nuestro trabajo y poder pagar nuestras cuentas”.

Junto a él, Quentin Díaz, de 23 años, confirma esta sensación de “vivir el día a día” desde hace “varios meses”. Presente en la rueda de prensa, recibió el anuncio de esta opción de recuperación interna con “un poco de esperanza”: “Estamos seguros de que tenemos al menos una posibilidad”.

Una cuestión de “voluntad pública”

El proyecto liderado por la CGT requeriría una financiación de 150 millones de euros, que deberían ser aportados por el Estado y el Banco de Inversión Pública (BPI).

Para Olivier Mateu, “no es una cuestión de dinero, sino de voluntad política”, mientras que la demanda de la industria siderúrgica está muy presente, según él.

Además, la fábrica de Fos-sur-Mer se ha equipado recientemente con un horno eléctrico, lo que permite producir “acero con muy bajo contenido de carbono”, según el representante de la CGT.

“Aquí sólo hay hombres y mujeres que quieren trabajar y ser respetados”, insiste.

Esta adquisición daría lugar a una gobernanza compartida transitoria, que incluiría a los representantes de los trabajadores, así como al prefecto regional, al alcalde de Fos-sur-Mer y a un diputado de la circunscripción. “Pero si tenemos que esperar treinta años para encontrar un comprador serio, esperaremos treinta años”, asegura Olivier Mateu.

Contactado por la AFP, el grupo suizo Steel no precisó si se habían presentado otras ofertas de adquisición, aunque el plazo para presentar un expediente ante el Tribunal de Comercio de Estrasburgo estaba fijado para el 25 de abril a mediodía.

A finales de marzo, un portavoz de Ascométal declaró a la AFP que se estaban realizando “búsquedas de compradores”, citando “serias manifestaciones de interés”.

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