En Egipto, las pioneras están revolucionando la escena del rap, todavía muy masculina: Noticias

En Egipto, las pioneras están revolucionando la escena del rap, todavía muy masculina: Noticias
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En los jardines de la Universidad Americana de El Cairo, en la emblemática plaza Tahrir, Dareen, de 21 años, canta sus rimas. En concierto o en línea, el rapero electriza a sus fans y revoluciona la joven escena del rap egipcio, dominada por hombres.

Las palabras fluyen en cascada, sobre tempos inspirados en su infancia en Alejandría, la gran ciudad costera de donde provienen la mayoría de las estrellas del rap nacional, incluido el ícono máximo, Wegz, que vivió su momento de gloria mundial con su espectáculo durante la Copa del Mundo. final en Qatar.

En Alejandría, asegura Dareen a la AFP, con el pelo rizado, brillo de labios y largas uñas rosas que sobresalen de las manoplas de cuero, “hacemos arte, mientras que en El Cairo es una auténtica industria”.

Y una industria en auge: en 2022 Wegz fue el artista árabe más escuchado en el Magreb y Oriente Medio en la plataforma musical líder en el mundo, Spotify.

“El impacto del rap se refleja en nuestras clasificaciones, en nuestros datos de escucha y en todos los eventos culturales”, confirma a la AFP Mark Abou Jaoude, director de Spotify para Oriente Medio, el Norte de África y el Sur de Asia.

En 2023, en esta región, “el 60% de los artistas árabes más escuchados eran artistas de hip-hop”, indica la plataforma.

“También estamos viendo un número cada vez mayor de raperos árabes de gira por Europa y Estados Unidos, lo que demuestra cómo los fans de todo el mundo, en particular los de la diáspora, están vinculados a este género musical”, añade M Abou Jaoude.

Aunque hoy se exporta, el rap egipcio fue durante un tiempo “un género poco conocido y poco escuchado, con un estatus clandestino”, explica a la AFP el investigador Amr Abdelrahim.

Ahora adorados por muchos, los raperos han visto cambiar su estatus.

“La profesionalización de su profesión afecta a su forma de hacer música y a los textos que escriben, pero también a sus sueños: es la primera generación que ve que sus mayores han triunfado económicamente gracias al rap”, continúa Abdelrahim.

– “Masculinidad, fuerza y ​​dinero” –

Lejos de los guetos afroamericanos donde nació hace medio siglo, el rap y sus seguidores en Egipto siguen siendo “marginales porque pertenecen a las clases media y alta, mientras que el ‘mahraganat’ es mucho más popular”, afirma el investigador al respecto. esta mezcla de música popular y electrónica, un verdadero modo de expresión de la juventud egipcia.

“Basta con pasear por El Cairo: en los touks-touks, en las tiendas, en lo que se escucha en la calle”, es el electro-chaâbi del mahraganat que mezcla melodías orientales y textos que glorifican la masculinidad, la fuerza o el dinero. asegura.

Por otro lado, las pioneras del rap femenino adoptan un discurso completamente diferente.

Dareen, que sale del escenario entre fuertes aplausos, dice que quiere hablar de “todo”, sin ninguna pretensión, aunque eso signifique contar los episodios más difíciles de su vida.

Habla en su último álbum, “Kawabes”, pesadillas en árabe, “de la depresión y los cambios de humor” que atravesó “después de una ruptura”.

Y además de los problemas personales, la artista, cuya canción “Leïla” roza las 180.000 visualizaciones en Youtube, también debe luchar por existir en un país donde las mujeres representaron el 15% de la población activa en 2022, tres veces menos que la media mundial, según al Banco Mundial.

– “No nos toman en serio” –

“Aceptar nuestra libertad como raperos es difícil, ya sea para nuestras familias, para la sociedad, pero también para la industria del rap, que no es amable”, desliza.

“No nos toman en serio, no están convencidos de que las niñas tengamos problemas, cuando es todo lo contrario, especialmente aquí en Egipto, donde tenemos que afrontar acoso y obstáculos como mujeres”, continúa.

En efecto, “las raperas proceden casi todas de la clase media alta”, mientras que “encontramos una mayor diversidad social entre los raperos”, en el país donde dos tercios de sus 106 millones de habitantes viven en torno al umbral de la pobreza, informa Abdelrahim.

En el mundo tan machista del rap, “para evolucionar hay que frecuentar los lugares donde se rapea, integrarse en las redes de raperos y productores, un universo casi exclusivamente masculino”, analiza.

Un universo que hasta ahora no ha visto surgir en Estados Unidos figuras hipersexualizadas como Cardi B o Megan Thee Stallion.

“En Egipto no es posible asumir una forma muy sexual de feminidad”, explica Abdelrahim.

“Porque las raperas son juzgadas tanto por la sociedad como por sus familias”.

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