El séptimo arte francés, que goza de buena salud en su país, gana un poco menos en el extranjero: el cine francés atrajo a 38,1 millones de espectadores el año pasado, impulsado por Alemania y Rusia, en un contexto difícil para el cine mundial.
Los resultados de las exportaciones francesas, que han ido aumentando cada año desde el Covid, han bajado esta vez un 11% interanual, según las cifras publicadas el lunes por Unifrance, organización responsable de la promoción del cine y del audiovisual francés a nivel internacional. Las películas tricolores recaudaron 250 millones de euros.
Estas cifras “marcan una vuelta a la normalidad”, explicó a la AFP el presidente de Unifrance, Gilles Pélisson: Francia, con su récord de asistencia a las salas de cine, fue una excepción el año pasado, mientras que en el resto del mundo las salas estaban pasando apuros.
Además de los estrenos en salas, Unifrance constata “buenos progresos” en las plataformas, donde los estrenos franceses se sitúan, por ejemplo, muy por detrás de las producciones americanas o británicas, pero claramente por delante de las obras surcoreanas, que, sin embargo, están muy de moda.
El año 2025 podría ser prometedor en vista de la temporada de premios en Estados Unidos, donde “Emilia Perez” de Jacques Audiard acaba de ganar cuatro Globos de Oro, subraya Pélisson. En cuanto a “Un p’tit truc en plus”, éxito del año en Francia, “se vende y comercializa en muchos países, aunque todavía no hay entradas”.
El año pasado, Alemania fue el país más aficionado a las producciones francesas, con 4,1 millones de espectadores. Y un efecto “Anatomía de una caída”, la Palma de Oro de 2023 que luce la actriz alemana Sandra Hüller.
Rusia, donde las películas americanas ya no se emiten oficialmente desde la invasión de Ucrania, terminó en el segundo escalón del podio, con 3,7 millones de espectadores. Las sanciones económicas occidentales contra Moscú no prohíben la exportación de películas francesas, aunque algunas producciones hayan decidido no emitir más sus obras allí.
– “Rusos francófilos” –
Por tanto, el país sigue siendo una importante salida para el cine francés, que ha atraído entre 1 y 6 millones de espectadores anuales en los últimos diez años. “Existe un apetito entre la población rusa por nuestro cine, muchos rusos francófilos que se sienten atraídos por nuestra cultura”, explica Gilles Pélisson.
En este asunto, los vínculos se remontan a la época soviética, explica a la AFP el crítico de cine ruso Maxime Erchov, que destaca la popularidad en su época de las comedias protagonizadas por Pierre Richard, Gérard Depardieu o Louis de Funès.
“Después de la desaparición de las superproducciones estadounidenses, (los distribuidores rusos) compran voluntariamente sus películas en Francia. No tienen una gran variedad de países”. Este año, los rusos disfrutaron de “El conde de Montecristo” y esperan “con impaciencia” la película biográfica de Saint-Exupéry, interpretada por Louis Garrel, que se estrenará en el país en febrero, añade.
“El cine francés en Rusia tiene una posición de nicho pero estable”, confirma Pavel Vereshchaguine, uno de los directores de la distribuidora moscovita Central Partnership. “No compite con las superproducciones estadounidenses (emitidas antes de 2022) ni con las rusas”, pero “atrae a su público”, con estrellas muy identificadas como Jean Reno o Vincent Cassel.
“Valérian y la ciudad de los mil planetas” (en 2017) y “Lucy” (en 2014), los dos últimos grandes éxitos franceses en Rusia, de Luc Besson, atrajeron cada una a más de tres millones de rusos en las salas.
En términos generales, la nueva adaptación de “El conde de Montecristo”, con Pierre Niney, un éxito en Francia que estaba pensada para funcionar también en el extranjero, está teniendo una buena trayectoria internacional. Es la película más vista del año fuera de fronteras (3,3 millones de espectadores, 20,7 millones de euros de ingresos en 54 países), sobre todo en Bélgica y Luxemburgo, pero también en Bulgaria o Ucrania.
“Anatomía de una caída” siguió atrayendo a cinéfilos de todo el mundo, con 4,9 millones de espectadores desde su estreno, de los cuales 3,2 millones el año pasado. En el tercer escalón del podio, “El último jaguar”, película familiar de aventuras que sólo obtuvo un millón de entradas en Francia, atrajo a 2,4 millones de espectadores en el resto del mundo.
