Wendell Armbruster Jr., hijo de un influyente hombre de negocios, se entera de la muerte accidental de su padre mientras él, fiel a sus costumbres, se alojaba en un balneario de Italia. El estado de gracia de un director mordaz: un delicioso soplo de fantasía.
Por Pierre Murat
Publicado el 13 de enero de 2025 a las 15:53
lLa secuencia muda previa a los créditos en la que Jack Lemmon toma un avión es divertidísima. Tras la muerte de su padre, partió hacia Italia. Allí descubre que el padre tenía una amante, a cuya hija conoce…
A diferencia de muchas películas del gran Billy (Uno, dos, tres, Por ejemplo), ¡Avanti! Es una película serena, que se toma su tiempo (más de dos horas), mientras todos están muy agitados. La ironía y el sarcasmo, magistralmente dosificados, se desvanecen en favor de un romanticismo ya revelado por La vida privada de Sherlock Holmes. Es un himno al amor, a la ociosidad, a la dulzura de la vida, constantemente amenazada por lo peligroso, lo absurdo, el mal: la aparición grotesca de un general americano, mitad ganache, mitad imbécil. Pero, como en Sabrina, La armonía prevalece sobre el desorden y la histeria.