Reseña de Fabrice Andrivon: “Todavía hay un mañana”, entre dos sillas

Reseña de Fabrice Andrivon: “Todavía hay un mañana”, entre dos sillas
Reseña de Fabrice Andrivon: “Todavía hay un mañana”, entre dos sillas
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Esta película se proyecta esta semana en Saint-Chély-d’Apcher.

Todos los cineastas italianos contemporáneos parecen buscar una época dorada de la comedia e intentar a toda costa redescubrir la magia de un Risi o de una Scola, al mismo tiempo que hablan de los problemas de hoy.

Esto es lo que Paola Cortellesi busca con todo su entusiasmo con su película todavía hay mañana : reconectar con la ligereza y el melodrama nacional, al tiempo que se abordan los males del patriarcado y la violencia machista, y reunir así a la mantequilla y el dinero de la mantequilla, el espectador nostálgico de los grandes años y el preocupado por la época actual.

Pero a fuerza de estar entre dos sillas, pierde todo lo que busca: del lado de la lucha feminista, suspiramos por estas concesiones hechas a la cruda realidad (las escenas de violencia del marido transformadas en coreografías, los gags que llegan a desactivar cualquier brutalidad) y la falta de delicadeza del cineasta para transmitir un discurso que no es convencional.

Entretenido pero demasiado astuto para ser honesto.

En cuanto a la puesta en escena, busca a toda costa lo pintoresco barato con su blanco y negro neorrealista demasiado pulido, sus repentinos ataques de modernidad (el hip-hop que allí surge anacrónicamente), su escenario lleno de suspenso fácil.

Sin duda, su película es agradable a la vista, muy bien interpretada, entretenida. Pero se pierde en sus intenciones, demasiado astutas para ser honesto, y en su cliché de ejecución. Para mayor profundidad y puesta en escena, mejor revisaremos un dia particular por Scolaestamos seguros de que está disponible en VOD.

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