La pepita de horror que queda a la sombra de Romero.

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Entre película de apocalipsis, invasión zombie y comedia para adolescentes, La noche del cometa de Thom Eberhardt es un jubiloso cóctel de géneros.

La década de 1980 suele considerarse la época dorada del cine de terror estadounidense. Apodada la década sangrienta, este período estuvo atravesado por el surgimiento de grandes maestros del terror así como la llegada de revolucionarios efectos especiales que permitirán dar vida a pesadillas cada vez más sangrientas y espectaculares.

Es en este contexto que Thom Eberhardt se da cuenta La noche del cometa en 1984. Producción independiente y de presupuesto limitado, el largometraje pronto se convertirá en una obra de culto entre los aficionados al cine de género. A caballo entre una invasión zombie, una película de apocalipsis y una pura comedia adolescente, la película es un resumen perfecto de los años 80. La noche del cometa causa una impresión tan duradera, también lo es por su forma inteligente de subvertir el cliché de las damiselas en apuros.

Abre los ojos

EN EL AIRE DE LOS TIEMPOS…PERO NO SÓLO

A principios de los años 80, el cine postapocalíptico experimentó un pico de popularidad: el inesperado triunfo del monumento. Mad Max en 1979 obviamente no fue en vano. A esta moda se sumaron las inquietudes de la época, en particular el miedo a una guerra nuclear, que inevitablemente alimentó a los cineastas y al cine de terror. En este sentido, podemos afirmar que La noche del cometa es una obra acorde con los tiempos, otra historia más del fin del mundo para Una década que nunca deja de considerar el fin de la humanidad. en la gran pantalla.

Pero si el largometraje de Thom Eberhardt es una cápsula del tiempo perfecta, también lo es gracias a su estética y su puesta en escena. El cineasta nos sumerge en un mundo hecho de colores estridentes y pinceladas que desafían la gravedad. Cada toma podría ser una demostración de lo que Cosas extrañas y otras producciones nostálgicas de los 80 intentan parecerse.

La noche del cometa: fotoMás 80, te mueres

Esta capacidad de la película para capturar brillantemente su época también se refleja en la música. Al encerrar a sus heroínas en una emisora ​​de radio durante veinte minutos, el director ofrece un trabajo muy musical. La banda sonora se convierte entonces en una especie de máquina de discos que nos lanza año tras año los títulos más emblemáticos de esta época. La película también ofrece uno de los usos más hábiles del mítico “Las chicas solo quieren divertirse” al cine.

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