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A sus 63 años, el líder de los senadores republicanos sucede en Beauvau a Gérald Darmanin. Procedente del ala derecha de LR, trabajó por el endurecimiento de la ley de inmigración y adoptó posiciones intransigentes en materia de seguridad, pero nunca ha participado en un gobierno.
Una mañana de junio, unos días después de la disolución, en el Senado, en su amplio despacho con vistas a los jardines de Luxemburgo, el líder de la derecha senatorial habla de un “capricho” del jefe de Estado. La expulsión de los diputados es una cuestión de “pecado de orgullo de quien recibió una bofetada en la cara en las elecciones europeas”, ¿Se recuperará de una nueva paliza? “Nuestra organización está muerta, vamos a tener que reconstruirla. ¡Puede suceder rápidamente! Recuerden al PS. En 1993, tenía 50 diputados. Cuatro años después, tiene mayoría absoluta e impone la cohabitación con Jospin en Matignon”.
Tres meses y medio después del golpe de efecto macroniano, los republicanos han ganado Matignon. Ha sido (muy) rápido. A sus 63 años, el que nunca ha sido ministro recibe el Interior, la cartera más importante conquistada por la derecha. Y el símbolo de un giro forzado hacia la derecha que hace aullar a la izquierda e incluso a los macronistas. LR, cabeza de puente en este futuro gobierno
