Dos equipos que, tras caer sorpresivamente en Copa, dan la bienvenida en los terrenos de juego al 2025 con necesidades dispares. Coudetque no conoce la victoria como técnico babazorro, sabe que Mendizorroza se viste de gala para una tarde donde los tres puntos sirven como catapulta. Porque la mancha de un triunfo en los últimos doce choques ligueros pesa en exceso. Aunque para peso, el que tiene que quitarse el Girona. Conscientes de que el hito de la temporada pasada no volverá, Míchel sigue insistiendo en Europa. Y con descanso en las piernas, agradecido por unos jugadores que han competido sin parar desde septiembre, los blanquirrojos quieren coger aire en el mes que marca la tendencia de los equipos.
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Y para ello, el ADN Míchel pide rock and roll. Algo que se vio nada más rodar el balón, con una jugada de ataque relámpago liderada por Miguel Gutiérrez. El chico multiusos del técnico madrileño. Y el Alavés se vio obligado a aceptar el baile frenético, aunque los gestos de Coudet indicaran total disconformidad. Porque en 10 minutos, la presión asfixiante obligaba a Owono a achicar agua con despejes. Y, más tarde, en el área ante los centros cargados de peligro. Jordán y Blanco, claves en el control babazorro, empezaban a desesperarse. Porque la única posibilidad del Alavés estaba en los espacios.
El inconveniente de proponer ritmo frenético, es la incapacidad de aguantarlo. Y al ecuador de la primera parte, tanto Girona como Alavés, se veían obligados a pensar antes de actuar. Momento de los centrocampistas, donde Coudet veía que algo no iba bien. Especialmente con Jordán, más desaparecido de lo habitual. Con Guevara en la zona de calentamiento se confirmaba que algo pasaba. Pero tuvo que romperse Carlos Martín en una contra para que Joan se fuera también al suelo. El Alavés, obligado al doble cambio: Conechny y Guevara. Pero, por si fuera poco, Míchel no se iba a ver ajeno a estos problemas.
Porque, como si estuviera guionizado, tras volver a rodar el balón se iría al suelo Miguel. La pieza clave de su esquema se señalaba la zona del isquio. Y el gesto obligó a meter a Danjuma prácticamente sin calentar. Seguramente, el récord de lesiones en menos de 10 minutos. Las interrupciones del partido, si bien ralentizaron el ritmo, se verían compensadas por la polémica. En un centro, el colegiado señalaba penalti por un toque de Arnau con Conechny al intento de regate. Toque, que dejaba bastantes dudas por la intensidad. Y la llamada del VAR provocaría la corrección del penalti. Con eso, y dos chispazos más de los babazorros, el descanso llegaba como agua de mayo para los de Míchel.
La segunda mitad tendría un nuevo integrante en el esquema gironí: Entra Oriol Romeu. por Iván Martín. Los babazorros mantuvieron el plan. Todo su juego a la banda de Tenaglia y Carlos Vicentedos jugadores capaces de marcar las diferencias y los ritmos de un encuentro. Con ellos, era el Alavés el que quería rock and roll. Y Krejci empezaba a verse desbordado en tareas defensivas. Más tarde, también se repetiría el escenario por la banda contraria. Cada intento de salir con el balón jugado, robo del Alavés y embestida al área de Gazzaniga.
Bajo este plan, Conechny tendría el gol en sus botas. Carrera por la derecha del de siempre, Carlos Vicente. Arrastrando a tres defensores, llega al área y pone un centro al segundo palo donde solo toca empujar. Y el argentino lo haría, solo… ¡pero a la grada! La cara de Coudet lo decía todo. En el otro lado de los banquillos, Míchel tomaba acción. Pero justo al contrario de lo que muchos harían. Tocaba más pólvora en ataque: momento para Stuani y Tsygankov. Y, unos minutos más tarde, ante los problemas físicos de Bryan Gil, para Solís.
El cierre de partido seguía colocando al local como principal favorito a la victoria. Con Conechny como protagonista, a través de un zapatazo lejano, obligó a Gazzaniga a firma una de las estiradas de la temporada. Pero, cuando parecía que tocaba reparto de puntos, un error garrafal de Diarra lo complicaría todo. Centro de Arnau, se equivoca el central en un despeje, y el esférico queda muerto para que Solís la empuje a gol. Sin ser el líder del encuentro, Míchel sale de Mendizorroza con la punta de lanza de su objetivo europeo. Y Coudet, con muchos motivos para creer, pese a seguir con una racha difícil de gestionar.
-FICHA TÉCNICA:
ALAVÉS: Owono, Tenaglia, Abqar, Diarra, Manu Sánchez (Villalibre, 90+2′); Blanco, Jordan (Guevara, minuto 30), Carlos Martín (Conechny, minuto 30), Carlos Vincent, Guridi; Kike García (Tony Martínez, minuto 72).
GERONA: Gazzaniga; Miguel (Danjuma, min 33′), David López, Krejci, Blind, Arnau (C); Van de Beek (Tsygankov, min 70′), Janl, Iván Martín (Oriol Romeu, min 45′) y Bryan Gil; Abel Ruiz (Stuani, min 70′)
TARJETAS: Danjuma (35 min), Yangel Herrera (45+2 min), Krejci (49 min), Guridi (55 min), Stuani (81 min)
GOLES: Solís (min 90+1′)
