Autor del libro “Por un Senegal humanamente desarrollado”, Boubacar cree que el cambio sistémico implica necesariamente transformación y regulación. La clave del desarrollo es la “transformación sistemática”, en otras palabras, el ingeniero estadístico y doctor en economía, en términos más simples: “Hacer”. pan, hay que hacer la palmadita teniendo en cuenta los componentes, luego hay que meterlo en el horno ajustado en grados y duración. Hablando de la obra, el autor de varios trabajos entre ellos “cómo salir”. pobreza”, indica que se trata de una modesta contribución al proyecto que tanto gusta al pueblo senegalés y que trae esperanza a todos.
Como punto de partida, transformar las aldeas en comunidades de aprendizaje para permitir la educación de las mujeres, lo que inevitablemente tendrá un impacto económico en la población. Pero también una educación integral de calidad que debe tener como eje vertebrador la educación científica, que desarrollará las capacidades de transformación-regulación que generarán riqueza. En el mismo aspecto, cree que el control del agua pero también del sector minero es fundamental. También cree que el país debería tener su propia moneda. “La moneda es como el ejército, defiende la economía del mismo modo que el ejército vela por la seguridad”, explica. Entre otros puntos abordados en el trabajo, la división ecológica que puede ser un activo si se destaca. Se trata de crear zonas ecológicas, zonas de prosperidad.
El doctor Pape Abdoulaye Seck, ex Ministro de Agricultura, realizó un análisis anatómico y fisiológico porque la metodología tiene un claro rigor y relevancia. El ex ministro identifica cinco grandes elementos: tecnología, infraestructura, capacidad de respuesta estratégica, explotación de nuestro potencial, entre otros. También asocia estos elementos con una revolución en las actitudes y el comportamiento. De lo contrario, se trata de situar al ser humano en el centro del desarrollo. “La idea es inventarnos a nosotros mismos para poder inventar el futuro antes de que él nos invente y nos enfrente a situaciones de emergencia”, afirma.
De hecho, según él, se trata de estar en un proceso de transformación y regulación. También es porque nos estamos alejando de este camino que nada parece funcionar. “No consumimos potencial”, afirma, por ejemplo. Antes de precisar que el arroz crece hoy en todas partes de Senegal gracias a la elaboración de perfiles y a las transformaciones llevadas a cabo por expertos. Pero él pregunta: “¿somos regulares”?
Para el profesor Souleymane Bachir Diagne, la agenda del país debe incluirse en la agenda prospectiva global. El capítulo sobre el potencial comienza con África en el mundo. Cuál cambia y cuál cambia cada vez más rápidamente. Y poco a poco va teniendo un efecto bola de nieve. Necesitamos agendas importantes con actores con sus propias agendas y África debe tener una agenda propia y Senegal, a su vez, una agenda para sí mismo dentro de la Unión Africana”. De lo contrario, afirma, otros decidirán por él. Al describir la metodología del libro, el profesor habla de la visión, de la lucidez que se puede esperar de un autor, de la gran facultad analítica aportada por la experiencia, lo que es un honor para Senegal. Y para resumir, enfatiza que estas reflexiones nos presentan varios desafíos que podemos retomar en lo que él llama una obra de referencia.