El informe publicado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas sobre “ La situación económica mundial y sus perspectivas para 2025. » revela una serie de desafíos y oportunidades para Marruecos.
Los obstáculos clave incluyen la deuda pública y el espacio financiero limitado, que obstaculizan la capacidad del gobierno para financiar proyectos a gran escala y estimular la inversión en capacidad de producción. Sin embargo, Marruecos tiene activos considerables para aprovechar futuras transformaciones económicas globales.
De hecho, el informe destaca las grandes oportunidades disponibles para Marruecos, particularmente en el sector de las energías renovables. El país está en una posición ideal para ingresar a la cadena de valor global de fabricación de paneles solares gracias a sus abundantes recursos minerales, como fosfato y cobalto, pero también gracias a su experiencia tecnológica y sólidos marcos regulatorios.
Estos elementos representan activos importantes para apoyar las industrias de tecnología avanzada e intermedia, lo que coloca a Marruecos en una posición favorable para desarrollar sus capacidades industriales. Para explotar plenamente estos potenciales, será crucial la adopción de políticas industriales innovadoras, en particular para fomentar la fabricación local y promover la expansión a los mercados internacionales.
En el plano económico, el informe prevé un crecimiento del producto interior bruto (PIB) de Marruecos del 3,2% en 2025, frente al 2,7% en 2024. Esta mejora irá acompañada también de un ligero aumento de la tasa de inflación, prevista en el 2,2% en 2024. 2025 frente al 1,2% del año anterior. La política monetaria de Marruecos también ha contribuido a fortalecer el entorno económico. De hecho, el país ha reducido sus tipos de interés en 25 puntos básicos a mediados de 2024, influenciado por las acciones de los principales bancos centrales del mundo, en particular el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos.
A pesar de este progreso, la economía marroquí enfrenta desafíos estructurales, incluido el aumento de los precios mundiales de la energía y los alimentos, que continúan pesando sobre el poder adquisitivo de los consumidores. Sin embargo, el índice de paridad del poder adquisitivo real del dirham marroquí se ha mantenido relativamente estable durante la última década, pasando de 101,8 en 2015 a 104,7 en 2024. Esta estabilidad, aunque modesta, pone de relieve los desafíos que hay que afrontar para mantener la competitividad de los productos marroquíes. internacionalmente.
El informe también destaca los sectores que continúan prosperando a pesar de la agitación económica. El sector turístico, por ejemplo, registró un aumento del 7% en visitantes de enero a junio de 2024 en comparación con el mismo período de 2019, respaldado por reformas gubernamentales y un fortalecimiento de la infraestructura turística.
A nivel global, el informe espera que la economía global crezca moderadamente un 2,8% en 2025, frente a una media del 3,2% entre 2010 y 2019, antes de la pandemia. Las economías emergentes, como la India (crecimiento estimado del 6,6% en 2025), seguirán sufriendo el impacto de las crisis globales pasadas y la pandemia, con un acceso limitado al financiamiento necesario para invertir en infraestructura, tecnología y capital humano.
En África, se espera que el crecimiento aumente del 3,4% en 2024 al 3,7% en 2025, impulsado por la recuperación económica en países como Egipto, Nigeria y Sudáfrica, aunque cuestiones como la crisis de deuda y desempleo siguen siendo persistentes.
El informe también destaca los avances en el desarrollo sostenible, incluida la reducción de la pobreza extrema en 2024 a niveles prepandémicos. Sin embargo, la cuestión de la seguridad alimentaria sigue siendo motivo de preocupación: el 28,9 % de la población mundial sufrirá inseguridad alimentaria en 2023, frente al 25 % en 2019. Estos problemas se ven exacerbados por los efectos del cambio climático, lo que hace que las inversiones en infraestructura sean más urgentes. y políticas climáticas.