Desde la llegada de las nuevas autoridades, la comunicación dentro del ministerio responsable de las telecomunicaciones parece centrarse en un único tema, ciertamente importante: la formalización de la profesión de periodista. Sin embargo, este enfoque va en detrimento de sectores estratégicos con alto potencial de creación de valor, que hoy quedan sin resolver. Ciertas cuestiones cruciales, aunque esenciales para respaldar las ambiciones del marco Senegal 2050, requieren atención urgente. La falta de coherencia general, así como las misiones a menudo contradictorias entre los diferentes actores, corren el riesgo de comprometer la eficacia general de un sector clave para la transformación digital y el desarrollo económico del país.
Proyecto Nacional de Banda Ancha: En diciembre de 2021, ADIE se convirtió en SENUM.SA, con la ambición de rentabilizar importantes inversiones realizadas en infraestructura digital. Sin embargo, varias elecciones políticas anteriores han desviado a SENUM SA de sus verdaderas misiones en relación con la ley n° 2021-39 del 13 de diciembre de 2021 que autoriza la creación de la sociedad anónima denominada “Sénégal Numérique (SENUM SA)” y el decreto n° 2022-. 247 de 15 de febrero de 2022 por la que se aprueban los estatutos de la Société nationale Sénégal Numérique (SENUM SA). Sus misiones deberían más bien referirse a la aplicación de la política de informatización del Estado, así como a la gestión de las infraestructuras digitales del Estado mediante la desmaterialización de los procedimientos administrativos, la reforma del estado civil, la interconexión de los edificios públicos, etc.
Entre estas opciones superfluas, la construcción de 6.000 km de fibra óptica, el equivalente a 14 veces el viaje de ida y vuelta entre Dakar y Saint-Louis (aproximadamente 420 km por viaje), así como la construcción de un centro de datos de última generación construido en 1 hectárea. en Diamniadio, movilizó cerca de 52 mil millones de FCFA. Estas inversiones podrían haberse optimizado mediante la colaboración estratégica con los operadores de telecomunicaciones, evitando así costes innecesarios y redundancias estructurales. Lo mismo ocurre con otros proyectos, como la adquisición de un ancho de banda de 100 Gb/s ampliable a 16 Tb/s en el cable submarino SHARE a lo largo de 720 km, la distancia entre Dakar y Praia, por un coste estimado de 95 mil millones de FCFA. . Estas inversiones masivas, aunque prometedoras sobre el papel, lamentablemente no han producido los resultados esperados en términos de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos o fortalecer la competitividad de Senegal en la economía digital. Además, no aparece en ninguna parte ninguna prerrogativa de ADIE o SENUM en la puesta en funcionamiento y/o provisión de Internet en Senegal, mientras que las misiones que le han sido asignadas están muy lejos de llevarse a cabo.
Otro proyecto, homónimo “Red de Telecomunicaciones de Banda Ancha”, esta vez concierne a la Compañía Nacional de Electricidad (Senelec). Como parte de su estrategia de desarrollo, Senelec ha tomado la opción de diversificar su cartera de actividades convirtiéndose en un operador de infraestructuras de telecomunicaciones.
Sin embargo, esta elección plantea interrogantes, especialmente en relación con los desafíos estructurales que enfrenta la empresa. De hecho, la ecuación del subsidio a la electricidad sigue siendo insoluble, mientras el país comienza a explotar sus recursos de hidrocarburos. Además, en su declaración de política general, el Primer Ministro reconoció la dificultad que tendrán que causar las reformas previstas en el sector energético; he aquí un extracto que insiste de manera premonitoria “estas reformas serán difíciles, serán difíciles, estas reformas será difícil.
Si bien Senelec ocupa un lugar estratégico en el marco del proyecto “Gas to Power”, pilar del marco Senegal 2050, parece aventurarse en una diversificación arriesgada que podría dispersar sus recursos y perjudicar sus resultados en su sector principal.
Los riesgos de una diversificación mal gestionada para Senelec se presentan en dos aspectos: en primer lugar, un mayor impacto financiero porque la diversificación aumenta la base de activos y el capital invertido, lo que obliga a Senelec a generar más ganancias para garantizar un retorno sobre el capital invertido (ROCE) adecuado. Hoy es importante recordar que Senelec todavía está obligada a depender de subvenciones estatales (249.280 millones en 2023). Luego de una pérdida de especialización, al lanzarse a las telecomunicaciones, Senelec corre el riesgo de perder experiencia y eficiencia en su negocio principal, la energía. Los procesos y procedimientos internos tendrán que adaptarse a sectores fundamentalmente diferentes: uno estable y predecible (telecomunicaciones), el otro muy volátil (energía). En tales situaciones de diversificación, las empresas suelen adoptar soluciones intermedias, que no son totalmente adecuadas para ninguno de los sectores implicados, comprometiendo así su eficacia general.
Devolución del recargo por llamadas entrantes: ¿una decisión inapropiada?
El debate sobre la tarta de crema, relanzado durante la declaración de política general del Primer Ministro sobre la devolución del recargo a las llamadas entrantes, pone de relieve insuficiencias en la visión estratégica del sector. Esta medida, cuya pertinencia ya había suscitado controversias bajo el régimen del presidente Abdoulaye Wade, parece hoy aún más cuestionable en el contexto actual.
De hecho, el volumen de llamadas internacionales ha disminuido drásticamente en los últimos años, en particular debido a la aparición de plataformas alternativas como OTT (Over-The-Top) WhatsApp, Viber o incluso Messenger, que permiten la comunicación gratuita a través de Internet. En este contexto, el recargo no sólo parece obsoleto, sino también contraproducente. Al reintroducir este recargo, el Estado corre el riesgo de destruir más valor del que genera.
Al momento de la vigencia de esta medida, los actores del sector ya habían propuesto alternativas para compensar las expectativas parafiscales del Estado. Una de las soluciones propuestas fue el aumento de la tasa del impuesto de sociedades (IS), considerado más sostenible y estructurante que la sobretasa. Esta sugerencia fue adoptada en 2013 como parte de la ley de finanzas, con un aumento de la tasa del impuesto de sociedades del 25% al 30%. Esta reforma supuso la derogación del decreto que establecía el recargo, aportando así una solución más coherente y duradera para la economía de las telecomunicaciones.
Por último, el sector de las telecomunicaciones y la economía digital representa una palanca esencial para la transformación socioeconómica de Senegal, pero hoy está fragmentado por decisiones políticas incoherentes y estrategias desalineadas. Ya sean proyectos de infraestructura digital mal optimizados o reformas fiscales inadecuadas, estas inconsistencias obstaculizan el surgimiento de un ecosistema innovador y competitivo.
Restaurar la coherencia del sector significa, en primer lugar, reorientar a cada actor en sus misiones (ARTP, FDSUT, SENUM, SENELEC y el Departamento encargado de las telecomunicaciones) para evitar costosas duplicaciones y pérdidas de eficiencia. También significa establecer una visión estratégica clara donde las iniciativas públicas y privadas se complementen en lugar de competir entre sí. Por último, se trata de garantizar que cada inversión genere un impacto real en la vida de los ciudadanos y refuerce la competitividad de Senegal en la escena internacional.
Para lograr estos objetivos es esencial una gobernanza unificada, capaz de coordinar las misiones de los diferentes actores. Un enfoque de este tipo permitiría maximizar el valor añadido de las infraestructuras existentes, estimular la innovación y situar a Senegal en el corazón de la economía digital africana, en perfecta sintonía con las ambiciones del marco Senegal 2050.
Abdou Lahad Diakhate
Ingeniero de telecomunicaciones y consultor estratégico