Las autoridades españolas quisieron rendir homenaje a los equipos marroquíes enviados con urgencia para ayudar a la región de Valencia, duramente afectada por las inundaciones provocadas por la tormenta Dana en noviembre de 2024.
Durante una ceremonia organizada en Valencia, el ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, elogió el compromiso inquebrantable de los equipos marroquíes, enviados bajo instrucciones del rey Mohammed VI y que contribuyeron decisivamente en las operaciones de socorro y reconstrucción. “El apoyo de Marruecos demuestra la profundidad de las relaciones entre nuestras dos naciones, unidas por lazos de amistad y fraternidad”, dijo.
Según el ministro, los equipos marroquíes llevaron a cabo trabajos de gran envergadura, incluida la reparación de más de 350 kilómetros de redes dañadas, la limpieza de 200 garajes, así como diversas intervenciones que permitieron restablecer parte de la normalidad en las zonas. víctimas del desastre. “Su arduo trabajo, dedicación y generosidad han tenido un profundo impacto en el pueblo de España. Esta asistencia ejemplar quedará grabada en nuestra memoria colectiva”. añadió con emoción.
El acto, marcado por la presencia de responsables españoles, entre ellos representantes de las autoridades locales, cargos electos y miembros de protección civil, fue una oportunidad para reiterar el agradecimiento del pueblo español al reino. Se entregaron certificados honoríficos a los 103 miembros de los equipos marroquíes como reconocimiento por su compromiso excepcional.
El Ministro también quiso subrayar la rapidez y eficacia de la respuesta marroquí, calificando este gesto de “solidaridad ejemplar” lo que ayudó a devolver la esperanza a las poblaciones afectadas.
Recordamos que Marruecos envió, siguiendo instrucciones reales, dos convoyes excepcionales compuestos por 37 camiones especializados en bombeo y saneamiento, así como equipos altamente cualificados para intervenir en las zonas más afectadas.
Un acto de cooperación que, según Fernando Grande-Marlaska, encarna el carácter profundamente fraternal de las relaciones entre Rabat y Madrid y la fuerza de los lazos humanos que unen las dos orillas del Mediterráneo.