La torre R10 HLM en Vitry-sur-Seine será destruida en el marco de un proyecto de renovación del barrio, pero las propuestas de realojamiento están lejos de ser apoyadas unánimemente por sus residentes.
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José, Roger y Robet viven en la torre R10 desde hace más de cuarenta años. Su edificio está frente al tranvía pero también a la futura estación Vitry Centre del Grand Paris Express.
Esta torre de viviendas sociales será destruida en 2028 para abrir la losa de Robespierre y construir tiendas, espacios verdes y oficinas. Todos los residentes deben ser realojados, pero un centenar de ellos se oponen a esta decisión: “Tuvimos dos ofertas aunque ni siquiera eran pisos, eran trasteros más caros de lo que pagamos actualmente y en un lugar sin transporte”respira José. “No estoy listo para irme porque aquí tengo todo lo que necesito. Estamos en el corazón de la ciudad, tenemos tres autobuses, un tranvía, el futuro metro 15. Tenemos de todo y será difícil darnos el equivalente”añade Roberto.
Roger y su mujer tampoco entienden por qué tienen que dejar un piso asequible, en perfectas condiciones y que les cuesta 700 euros al mes con calefacción incluida: “Todo está bien, tal vez no encontremos algo mejor en ningún otro lugar”.
Sin una propuesta escrita de realojamiento, la respuesta se organiza con un proyecto, no de demolición, sino de renovación y reverdecimiento del barrio: “Por término medio, las demoliciones cuestan un 30% más que las rehabilitaciones. El único problema hoy en Francia es que la ANRU (Agencia Nacional de Renovación Urbana) tiende a financiar las demoliciones. Alentamos a los propietarios a demoler, sólo que es una aberración económica pero también un impacto medioambiental. uno, ya que sabemos que países vecinos, como Alemania, dejaron de demoler hace ya 10 años”, argumenta Simak Choara, urbanista de la asociación APPUI (Alternativa de Proyectos Urbanos Aquí e Internacionalmente).
El actual alcalde, Pierre Bell-Loch (PCF), no está en el origen del proyecto pero comprende la importancia de la desaparición de la torre: “Si queremos revegetar, poner tiendas, restaurar un centro de la ciudad vibrante en Vitry, lamentablemente tenemos que pasar por eso. Toda la financiación que hemos recibido se debe a que “hay demoliciones planeadas. De hecho, puedo entenderlo”. Es difícil vivir con él a nivel humano”..
La mitad de los inquilinos aún no sabe dónde van a vivir pero, a medida que se acercan las vacaciones, esperan que ésta no sea su última Navidad en la torre R10.