Durante las noches de partido del RC Vannes en La Rabine, Danièle Alin recibe con una sonrisa de oreja a oreja y una voz cálida a sus seguidores en el banco Cashless*, situado bajo la tribuna de honor. Una sonrisa que no abandona nunca a este voluntario de 69 años cuya particularidad es no ver nunca nada del partido. “Siempre hay gente mirando, así que sigo el partido por el ruido o la gente me mantiene informado del resultado. » Hay dos televisores instalados en el pequeño espacio pero el cable no funciona. No hubo suerte, el otro espacio sin efectivo está bien equipado. Incluso instalada en medio de una corriente de aire, Danièle no pierde su buen humor comunicativo.
“A veces hay que quererlo”
“Ser voluntario es cuestión de ofrecimiento, de bondad. Mi padre me enseñó eso. Pero es cierto que a veces hay que quererlo. Sin duda es un trabajo ingrato, más difícil en invierno con el frío, pero tengo un alma grande”, se ríe. Este sábado, para el partido contra el Bayona a las 16:30 horas, Danièle tomará su puesto hacia las 14:00 horas. “Como buena enfermera, empiezo limpiando todo”, se ríe. Finalizará dos horas después del pitido final tras la recogida de vasos y jarras de plástico. “Se registran para que, una vez devueltos, el importe se acredite en la tarjeta cashless de la persona. »
Sirviendo a los demás
Fue a través de una persona que tomó la misma clase de yoga que Danièle supo que el RCV estaba buscando voluntarios. Amable y dinámica, la Vannetaise adoptada ofreció sus servicios hace tres años cuando llegó a Vannes. “Ves una organización que funciona, experimentas un ambiente deportivo, es un vínculo social. El rugby tiene alma, eso me conviene”, valora la jubilada que también dedica su tiempo a la asociación RCV los sábados o domingos, o incluso ambos, y durante los cursos de formación juvenil para preparar almuerzos y comidas post-partido y otras logísticas. . “Veo a estos jóvenes evolucionar, es bueno participar en la vida de un club deportivo”, dice esta mujer solidaria. En definitiva, no nos sorprende su generosidad al descubrir su trayectoria profesional, al servicio de los demás. “Empecé como secretaria médica y acabé como alta ejecutiva sanitaria en Pitié-Salpêtrière antes de pasar cuatro años en Châteaubriant como pole manager”, dice la pura parisina, muy feliz de haber dejado la capital y de haberse instalado en Vannes para su jubilación. “Descubrí la vida provinciana y sus privilegios pero salté un poco al vacío al aceptar este traslado a Occidente. » Danièle se recuperó inmediatamente de su nueva vida entre clases de yoga, natación, senderismo, costura y tejido y sus horas de voluntariado entre el RCV y el Centro de Idiomas y Acciones Sociales, donde imparte dos horas semanales de clases de francés a extranjeros. Como voluntaria perfecta, Danièle no espera nada a cambio, salvo descubrir bajo su árbol de Navidad un lugar ofrecido por el RC Vannes para ver algún día un partido de los bretones en La Rabine, sin duda la haría muy feliz.
Práctico
Top 14: RC Vannes – Bayona, sábado 21 de diciembre, a las 16:30, estadio Rabine.
* El checkout cashless permite acreditar una tarjeta específica, sólo en efectivo, para poder consumir in situ en restaurantes y refrescos.