CRÓNICA – Hablar de neoliberalismo de nuestro país resulta completamente cómico cuando sabemos que tiene una deuda de 3.250 millones de euros y que hemos gastado siglos en 5 millones de funcionarios.
A la espera de las reformas tan esperadas, la semana pasada se celebró un fascinante debate ante un público de dirigentes empresariales con Manuel Valls y David Lisnard, por invitación de Loïk Le Floch-Prigent. El tema: “¿Es Francia liberal? » ¡Algunos, entre mis más estimados colegas, aseguran sin reírse que Francia es incluso neoliberal! Además, desde LFI hasta RN, es una opinión bien compartida.
Hablar de neoliberalismo sobre nuestro país es, sin embargo, completamente cómico cuando sabemos que tiene una deuda de 3.250 millones de euros, que hemos gastado siglos en los 5 millones de funcionarios, que la carga de la deuda supera los 50.000 millones, rozando pronto el del impuesto sobre la renta, que somos defensores europeos de las deducciones obligatorias y que un Primer Ministro procedente de la derecha, Michel Barnier, se disponía hace poco a aumentar aún más la factura con un presupuesto…
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