“Sé que terminará mal”, afirma Jean-Luc Mélenchon. El líder rebelde volvió el miércoles en una nota de blog a los “ataques” de los que su partido es víctima “desde hace un año”, tras el allanamiento y los daños sufridos en su segunda vivienda. “Sé que esto terminará mal porque nuestra demonización está diseñada para eso”, escribe.
Se abrió una investigación tras el “descubrimiento de un robo y daños en la vivienda secundaria” de Jean-Luc Mélenchon cerca de Montargis (Loiret), declaró la fiscalía.
La casa, “una granja al borde del bosque”, que el tres veces candidato presidencial dice haber adquirido “hace 26 años” y “renovada con una cucharita”, resultó notablemente dañada por grafitis. Algunos evocan una esvástica o indican: “te encontraremos” (sic), “viva Marine” o “que se jodan los árabes” (sic), dijo.
Jean-Luc Mélenchon subraya que estos eslóganes escandalosos “se parecen al vocabulario, a los folletos anónimos, a los mensajes telefónicos de los ataques que hemos tenido que soportar durante un año”.
“Encuentro allí el vocabulario de estos racistas que atacan nuestras posiciones contra el genocidio en Gaza. Sí, el ataque es político; si no, ¿por qué estas consignas? », añade. “Desde hace un año todos tenemos la sensación de no estar protegidos ni por la justicia ni por la policía”, insiste el líder rebelde, deplorando que “todo termina en las arenas movedizas de la nada o de los no lugares en nueve de cada diez casos.
El ex senador enumera “los hostigadores telefónicos, las agresiones físicas, los profanadores gráficos, todos impunes, las oficinas parlamentarias amuralladas o saqueadas donde la policía no anota identidades, donde los fiscales no persiguen a nadie”, o incluso “estos intentos a “un asesinato que descubrí en la prensa meses después de la detención de sus autores”.
Las reacciones políticas se multiplicaron el martes tras el anuncio de estas degradaciones: Marine Le Pen (RN) consideró en particular que “tales acciones deben ser objeto de una condena ejemplar”. El jefe del PS Olivier Faure deploró una “degradación insoportable”, el alcalde LR de Cannes David Lisnard afirmó que “todo esto es inaceptable y grave”.